Cap. 42: "Resiste"

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Kenji seguía atacando a Akaza, ignorando el dolor corporal que ya sentía y el cansancio. Ya no tenía fuerzas para usar posturas, pero aún podía usar los movimientos básicos con la katana. Le lanzaba cortes, lo apuñalaba, pero era en vano: el demonio no tardaba ni tres segundos en regenerarse. En un momento, Kenji se quedó de pie, respirando con dificultad. Tenía múltiples heridas en el cuerpo y estaba perdiendo mucha sangre. "Me duele todo- pensó- debo tener varios huesos rotos".

-Eres muy débil, humano- le dijo Akaza- casi me das lástima... eres patético- el joven no contestó. Respiró profundo haciendo un gran esfuerzo y alzó su katana.

-Respiración de agua, octava postura: cuenca de la cascada- realizó un corte vertical, haciéndole un profundo corte a Akaza desde el hombro hasta la cadera. El demonio lo golpeó en el abdomen con todas sus fuerzas, haciéndolo escupir sangre y lanzándolo a algunos metros de distancia. Kenji apenas si se quejó. Sabía que, a ese ritmo, no tardaría en dañarle algún punto vital y lo mataría. Se quedó en el suelo. Algunas lágrimas escaparon de sus ojos. "¿Qué debo hacer?- pensó- es imposible alcanzarle el cuello". Recordó a Katzuki. Recordó que ese demonio estaba obsesionado con ella y enfureció. "Si muero... irá tras ella... y eso no lo puedo permitir". Se secó las lágrimas con la manga de su uniforme y tomó aire.

-¿Tan pronto terminó?- se burló Akaza. Kenji se incorporó. Se sentía débil. Sostenía su katana, pero ya no tenía fuerza y sus manos temblaban. Un hilo de sangre corría por la comisura de sus labios y uno más, desde su frente hasta su mandíbula. Le dolía el cuerpo, pero no estaba dispuesto a darse por vencido.

-Ríndete de una vez, Kenji- le dijo Akaza, mientras la gran herida que tenía desde el hombro izquierdo hasta el lado derecho de su cadera se regeneraba- no tienes opción. Igual y vas a morir.

-Te mataré aunque me cueste la vida, maldito- le dijo Kenji, blandiendo su katana. Akaza lo miró molesto y preparó su ataque.

-No tengo otra opción más que matarte de una vez por todas- dijo tomando su pose- Muerte destructiva: aniquilación- Kenji blandió su katana, sin saber que postura usar. "Me matará- pensó- con ese ataque asesinó a mi padre... pero no tengo miedo". Akaza se fue sobre él, con el puño listo para atravesarle el cráneo. De pronto, su brazo cortado cayó al suelo, derramando mucha sangre. Kenji miró estupefacto como Akaza se quejó, expresando claramente su dolor.

-Pero, ¿qué?- exclamó el demonio y retrocedió varios pasos. Kenji no pudo haber hecho nada de eso. Entre la oscuridad, distinguió que la figura de otro cazador cayó al suelo de cuclillas, sosteniendo una katana de un color dorado claro. Su haori era oscuro y usaba una capucha, cubriendo su cabeza y rostro. Akaza regeneró su brazo y pensó: "ese cazador... su olor... ¿quién es? Su olor me parece familiar". Una extraña emoción le invadió y terminó por paralizarse. El desconocido le estaba dando la espalda. Kenji miró a quien lo había salvado, que lo condujo hacia un árbol y lo hizo sentarse.

-Katzuki...- susurró- ¿tú...?

-Shhh- dijo ella en el mismo tono- descansa. Yo me haré cargo.

-Pero...

-Hazlo... es una orden. Estás muy herido. Lamento haber tardado, pero...

-Me alegra verte- le contestó el joven y las lágrimas rodaron por sus mejillas de nuevo. Katzuki sonrió y, secándole el rostro, le respondió:

-Ya estoy aquí... ahora, deja que yo me encargue- Kenji asintió. No quería dejarla sola, pero su cuerpo no respondía bien. La chica se volvió hacia Akaza.

-¿Quién eres?- le gritó el demonio. Ella no respondió. Sabía que reconocería su voz.

-¡Te hice una pregunta!- ella se puso en posición de pelea. "Respiración del tiempo, segunda postura: intérvalo temporal: corte dimensional" lanzó dos cortes consecutivos, uno vertical y otro horizontal, que lograron herir a Akaza y hacerlo sangrar. El demonio reaccionó y, sangrando, se fue sobre su oponente, que se puso en posición de ataque e interceptó el golpe con su katana. Kenji estaba angustiado. No sabía qué pasaría si Akaza se enteraba quien era su oponente, pero no podía moverse. Su cuerpo le dolía demasiado.

-No pensé que existiera alguien tan fuerte- le dijo Akaza a Katzuki mientras su herida sanaba- dime tu nombre, cazador- Katzuki no respondió. Seguía forcejeando con el demonio. "No ha visto bien mi haori- pensó- por eso no me reconoce".

Mi Luna (Kokushibo x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora