Sweet lies

12

Aviso, este capítulo tiene como tema una relación profesor-estudiante, con poca diferencia de edad. Si no les gusta o les incomoda por favor no lo lean.

— Muy bien todos, ahora en parejas por favor. Vamos a ensayar — Los chicos suspiran y las chicas se ríen, el en cambio se toma su tiempo. Siente su mirada sobre el desde antes de comenzar por lo que baja el pie con más lentitud de la que debería, podré Luzu que tiene que esperarlo.

Se disculpa en un susurro, uno que realmente no va destinado a eso si no a fastidiar como sabe que lo hace, Luzu se acomoda detrás de él y el pequeño baile empieza. La mirada sobre su cintura se vuelve tan intensa que arde, Luzu pone la mano en el mismo lugar poco despues.

— Plié — dice fuerte el teñido, quiere distraerlo y está a nada de lograrlo, su mirada se desvía al reloj en la pared. Aún falta demasiado para que termine la clase.

— Pirouette — todos giran y viene el descomido, en la segunda parte ya no está con el castaño así que puede hacer el resto de la coreografía más tranquilo por lo que el tiempo se le pasa más rápido.

— Lo hicieron muy bien, gracias a todos — Ruben da un pequeño aplauso, los más pequeños corren hacia sus padres que les esperan en la entrada — ¡No olviden sus botellas y vestuarios, nos vemos el viernes!

El va hacia la parte de atrás para tomar su mochila, Luzu y Lolito se despiden de él en el camino, solo espera que el ex del profesor no venga a recoger a su nuevo novio.

Solo dos personas más y quedarán solo ellos dos, pero no se apuran y el tiene mucha prisa por besarlo y tenerlo cerca así que camina a la entrada.

— ¡Quackity! – ya ganó — por favor espera, quiero corregirte un par de movimientos de la primera parte. — el asiente gustoso, por supuesto pero las chics restantes parecen molestas, que les jodan por creer que pueden tener a Rubén.

El se encarga de cerrar la puerta una ve salen, cuando se da la vuelta ya lo tiene acorralándolo contra esta.

— ¿que ocurre profesor? — pregunta inocente pero Rubén gruñe.

— No me tientes, ahora al centro — se aparta para que haga lo que le pide más lo sigue de cerca.

— parece que disfrutas mucho las manos de Luzu ¿no es así? — lo siente hablar en su espalda — ¿que pasa si yo necesito poner mis manos en tu cintura? — y hace lo que dice, acercándose a su oído — ¿también lo disfrutas?

Ahoga un jadeo — sea más profesional —

— Mis huevos, estuviste toda la clase jugando conmigo, ahora se responsable. — toma su mentón y lo obliga a girar para robarle un beso, el primero de muchos más que comparten esa misma tarde.