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Lo mira con el ceño fruncido pero el no lo nota, está enojado claramente y explicarle el porqué no es una opción. Aún así no logra entender porque está fingiendo que no pasa nada.

— Hoy estás muy abrazable, ¿subiste de peso? Realmente pareces un osito — cuando comienza a hablar, Vegetta ya tiene los brazos alrededor de su cintura.

No le da tiempo al hibrido para que responda, nota su sonrisa incomoda tratando de reflejar que está bien, la sangre le hierve así que deja la conversación que mantenía con Frank y Alexby y camina directo hacia ambos — Rubén, ven conmigo fuera. Tenemos que hablar.

No intenta disimular en lo más mínimo pues no es su estilo ocultar una emoción tan negativa como el enojo, quiere creer que al menos se compensa porque ayudo al hibrido de oso a escapar de esa incómoda situación y que en realidad, no planea ser tan brusco cuando hablen aunque su tono demuestre lo contrario.

No espera que lo siga pero está seguro de que lo hará.

Su relación era muy complicada desde que se volvieron cercanos, sobretodo porque entendía que para Rubén era difícil ponerle un nombre a lo que fuera que tuvieran, pero aún así nunca insistió, estaba bien con el simple hecho de besarlo, abrazarlo... Tocarlo, sentir su piel chocando con la suya, aspirando su dulce aroma, escuchándolo suplicar por más y amaba su nombre saliendo de sus hermosos labios como si de vitalidad se tratara.

Mueve la cabeza de un lado para otro, negando levemente cuando se da cuenta que está pensando en lo que había ocurrido entre los dos en las últimas semanas, Rubén parecía enfermo, se la pasaba en la cama y comía aún más de lo normal así que el decidió cuidarlo.

Claro que no esperaba que terminaran los dos en la cama después de que el hibrido de oso le pidiera "que lo acompañara unos días, que no lo dejara solo."

Y, por más egoísta que sonara, no iba a admitir que aquello había afectado su relación porque lo había disfrutado más de lo que nadie podía imaginar, Rubén se había mantenido alejado desde entonces pero no le había prestado tanta atención pues era algo que solía hacer cuando se abrumaba, eso hasta hoy, que volvía a verlo coquetear con Samuel-perfección-Dios-griego-DeLuque.

Se da media vuelta cuando ya están lo suficientemente lejos del resto y Rubén detiene sus pasos, puede notar su nerviosismo en sus manos inquietas y en sus orejas pegadas a su cabeza, casi funcionándose con su cuero cabelludo. En su cabello ahora rizado.

— ¿Qué pasa contigo, con nosotros? — lo cuestiona con un tono más neutral de lo que había pensado — pensé que te sentías abrumado por lo que había pasado y te di tu espacio pero solo ahora me doy cuenta de que me estás evitando — Rubén frunce el ceño y muerde sus labios, se acerca a tomarle las manos. — ¿hice algo malo? ¿Te incomoda mucho lo qué pasó la última vez? Porque si es así podemos fingir que no pasó nada — lo abraza cuando su aroma le llega a la nariz, es dulce hasta empalagarlo pero aún así quiere que permanezca en su ropa — pero no puedo soportar que me evites mientras coqueteas con otros. Sabes que normalmente no me importa pero realmente quiero sentir que también formo parte de tu harem, aunque suene estupido o denigrante.

Solo entonces siente al otro temblar en sus brazos por lo que deja de hablar — es-es que yo... — pero no tiene que terminar, el aroma es diferente, lo sabe, su cabeza hace click después de todo ese rato. Ahora entiende todo. — hueles a que estás en cinta. — puede verlo enterrar sus garras en sus palmas.

Oh.


















Después de muchas excusas para abandonar la misión a la que se suponía iban a ir, un viaje difícil y una larga charla (que tuvo que sacarle a la fuerza al mayor), por fin entiende un poco.

Rubén es hibrido.

Su parte humana es la dominante.

Su parte hibrida estaba en celo.

Rubius humano es hombre pero hibrido es hembra.

Es extremadamente raro pero hay una posibilidad de que pueda quedar embarazado.

Él y Rubius pasaron juntos su celo.

Oh.

Él bebé de Rubius es suyo...

Y el que pensaba que no avanzarían más allá de ese jueguito tonto de ir y venir, subir y bajar y nunca quedarse quietos.

— ¡Escúchenme cabrones! — les grita a sus primos después de abrir la puerta de una patada, los ve jugando al uno, a Beni tomando una cerveza y a Cochi a punto de lanzársele a su hermano por el más cuatro que le acaba de poner, Alex sentado entre los dos, con esa expresión despreocupada que siempre muestra cuando no tiene puesto el casco — ¡Rubius y yo vamos a ser padres! — el castaño detrás de él susurra bajito.

— uh... dijiste que no haríamos un escándalo por esto.














Por supuesto que después de eso se iba a convertir en la persona más sobre protectora que alguien podía conocer, acompañaba a Rubius en la cama, en la sala, lo esperaba fuera del baño y tenía prohibido entrar a la cocina o ir a misiones, ni siquiera podía cazar pues ahora alguien lo hacía por él.

Ahora estaba ahí en la sala acariciando su abultado vientre — por favor cariño, nace pronto o tu padre me matará de aburrimiento. — suspiró.

Quackity entra en ese momento, azotando la puerta. Tiene varias heridas mal tratadas y vendajes desgastados por todo el cuerpo, el cabello que sale de su gorro está alborotado a más no poder y los sacos que lleva en las manos están manchados de sangre. El olor metálico de la misma le provoca náuseas por lo que no puede evitar vomitar en el cubo que se ha vuelto parte de él como su teléfono o sus sudaderas.

El chico pato arroja todo a un lado y corre hacia el — ¿estás bien? — le pregunta con ansiedad mientras aún lo ve vomitar — ¿tenemos que ir al hospital?

Ruben niega mientras se limpia la boca y toma un sorbo de agua que le pasa la persona a su lado antes de hablar — esto es normal, si fuera al hospital por cada pequeña cosa que me pasa ¿no estaría viviendo ahí?

Quackity lo miro reflexivo unos segundos antes de asentir levemente — puedes hacerlo

El oso se sonrojo — cálmate cariño, estoy bien ¿si? Mira, estamos perfectos — tomó la mano del otro y la puso sobre su vientre.

Ambos permanecieron así hasta que sintieron al bebé dar unas ligeras pataditas, sus ojos se llenaron de adoración. — Que se llame Andrea















— ¿Por que Anndy? — pregunta Alex mientras toma a la niña y la acomoda en sus brazos — a demás ¿como sabías que iba a ser una niña?

A su lado Sapo Peta ve detenidamente a la pequeña como si fuera una cosa rara para el.

Rubius está recostado en el sofá — ¡cariño! — le grita a Quackity que no tarda ni dos segundos en llegar a su lado a pesar de que acababa de subir al segundo piso, Titi y Frank lo miran extrañado desde la parte de arriba. — estoy muy cansado — dice con una expresión que todos notan está exagerando.

— Por que pateaba muy fuerte — explica Quackity con una sonrisa y con esa mirada indulgente que le hace saber a todos que haría cualquier cosa por su ahora esposo.

Alex se queja porque la pequeña se ha despertado y le agarra un dedo con fuerza.

— Parece que aún tiene mucha fuerza, supongo que es por su padre hibrido. — dice el padre pato con una gran sonrisa, feliz de tener ahora una pequeña familia.

***
Ahhhh lo mucho que me tarde haciendo esto, espero que les guste.
Se puede decir que volví así que me verán subiendo cosas mas seguido, recuerden pasarse por mis otras historias y no olviden votar y comentar que eso me anima un montón.
Les tqm.

— Nyxx

Sweet liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora