Sweet lies

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Día 6 de la rubckity week 2024: genero invertido
(Continuación del capítulo 40)

Se despierta de golpe porque siente algo pesado caer en sus piernas, cuando mira hacia abajo encuentra a Samuel dormido, aún sentado en el suelo. Mueve su cabeza con cuidado y se pone de pie. ¿Dónde estará su novia?

Habían salido por más de tres meses por lo que sentía correcto presentarle a su mejor amigo de una manera más formal e íntima. Quería demostrarle que iba muy en serio con ella y que quería un gran futuro para ambas.

Por eso se le ocurrió organizar una cita doble en su casa, aunque terminó siendo en la de su mejor amigo porque la suya era muy pequeña. Así que hicieron pizzas, comieron frituras, vieron películas y finalmente se  quedaron dormidos, o al menos ella y Samuel lo hicieron.

Sale a la entrada cuando no logra encontrarla en ninguna parte de la casa, dispuesta a llamarla y preguntarle si todo está bien pero no es necesario porque la encuentra fumando en el pórtico.

— Alexa, te estuve buscando — la llama con sorpresa antes de acercarse. El humo casi le golpea el rostro cuando ella voltea a verla — casi pensé que te habías ido — le sonríe.

La pelinegra lo hace de igual forma pero nota algo extraño en ella. — No, solo quise fumar un poco y tu amigo parece de los que no le gusta que su casa apeste a cigarro.

— Bueno en eso tienes razón, el es un poco amargado — ambas ríen divertidas durante un rato pero Rubí siente que la risa de su novia se apaga primero. — ¿está todo bien? ¿quieres que nos vayamos ya? ¿o es que Samuel no termina de agradarte? Porque si es así, voy a golpearlo.

— Cariño si tu amigo no me agradará no sería su culpa — dice Alexa con cierta diversión en su tono.

— Claro que si, tú eres genial, si no te agrada es porque está siendo muy idiota y merece pagarlo. — golpea su palma con su puño provocando una carcajada limpia en la otra.

Alexa la toma de la barbilla y la besa bruscamente, es uno de esos besos que le roban el aire y la hacen sentir mareada pero no podría estar menos contenta por recibir uno. Le gusta sentir que ella es la razón por la que respira con la intensidad con la que lo hace, como si fuera ella el elixir de vida.

— ¿Y ese beso por qué?

— Porque eres jodidamente tierna — reparte besos castos por todo su rostro estando de puntitas para alcanzarla, Rubí ríe suavemente mientras juega con su cabello y se inclina para estar más cerca.

— Sigo sintiendo que tienes algo que decirme — Alexa suspira antes de separarse. Mira al suelo y no tarda en patear toda la ceniza que cayó del par de cigarrillos que fumo cuando salió para distraerse de la presencia de Luzu en la misma casa que ella.

Es irónico y casi divertido que el chico con el que solía salir y nunca quiso formalizar, ahora tenga una relación con el mejor amigo de su novia, mismo con el que Rubí fingía tener una relación para cumplir con el cliché de la capitana de porristas y el capitán del equipo de fútbol americano.

Y no es que extrañe a Luzu o esté celosa de una relación inexistente, es... algo más, algo que no puede explicar con palabras. Así que ¿cómo le explica a su novia?

— ¿Recuerdas a ese tipo con el que te dije que salía, aquel que me hizo creer que no quería una relación formal cuando era lo que más anhelaba?

Rubí asiente — te dije que el día que lo viera le partiría la cara.

Alexa ríe sarcástica — Bueno, no creo que sea posible partirle la cara ahora — ve a su novia verla confundida así que suspira — Luzu es ese chico.

Rubí se pone tan alerta que se pone recta — amor lo siento, de haberlo sabido no habría organizado esta cita.

— Lo sé Ru, se que no fue intencional, pero aún así fue incómodo — Alexa parpadea lento.

— Le diré a Sam, no puede salir con alguien que te trato tan mal.

— No creo que sea necesario cariño, el se ve muy enamorado. Es mejor confiar en que pudo cambiar y ahora es mejor persona — se estira mientras baja las escaleras de la entrada — ¿vamos a comprar helado?

Rubí aceptó casi de inmediato con un brillo en el rostro que podía iluminar una casa completa en la noche más oscura. Entonces recordó porque no le afectaba que en la escuela mencionaran esa antigua relación que nadie más que ella sabía que no era real cuando la veían pasar.

Entonces estaba bien que su relación o lo que sea que fuera aquello con Luzu no funcionara, porque gracias a eso escucho a Samuel diciéndole a Rubí que si no pensaba intentarlo con ella, gracias a eso terminó bebiendo vino en su casa y durmiendo casi desnuda en su cama.

Gracias a eso tiene a la novia más guapa del universo.