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— ¿no crees que es estupido que te quiten lo que te pertenece? ¿Qué pretendan tener el control, un poder que no les corresponde? — Tiene los ojos más rojos de lo normal lo que le recuerda a otra vida tal vez, no lo sabe porque aparece en su memoria solo un segundo.

Ha visto esa mirada, es lo que rescata y sabe muy en el fondo que no es nada bueno.

— Rubén es tuyo, estoy seguro que tiene grabado tu nombre hasta en la sangre que corre por sus venas ¿cómo se atreve a decir que no?

— Nunca ha sido mio Luzu — su voz arde en sus labios y se enreda en sus colmillos, es más difícil decir aquello, aún peor escucharlo — solo es Rubén jugando, no lo tomes personal. Quackity le está cubriendo una necesidad que se le pasará en unos días, solo déjale ser.

— ¿No te molesta?

— Amo a Lolito, es mi futura esposa, mi prometida.

El castaño sonríe con altivez, el ahoga un suspiro — eso no responde mi pregunta.

¿Le molesta? Por supuesto, porque tiene que fingir que no está celoso, que no se la pasa cada maldito segundo desde que inicia el día pensando en que nunca más tendrá a Rubén y que tenerlo será probar el fruto prohibido, será ser aquello que lo separó de su gran amor.

Un traidor, un infiel, un escapista.

No quiere hacer todo aquello que algún día lo lastimo, pero luego viene Rubén y lo busca, y lo abraza, y lo toca, y lo besa, y recuerda. Lo hace querer tirar todo por la borda y huir, ser escapistas juntos, iniciar de nuevo, vivir el amor que se negaron.

— Apóyame Veg, haremos que vuelva contigo — y la semilla del mal se planta en Samuel sin que lo sepa. Ese estupido oso va a pagárselas.

Sonríe en grande.

En serio muchas gracias a todos por leer, aquí termina este pequeño maratón, espero que lo hayan disfrutado y les tqm

—Nyxx

Sweet liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora