Bonus day de la rubckity week 2024: Continuación del capítulo 64
"I've seen this episode and still loved the show"
Memorias de una vida casi pasada.Quackity entra a su departamento, uno en el que no lo esperan las luces encendidas como lo hacían antes, uno en que la puerta no se abre con el roce de la punta de sus dedos, este es uno en el que hay dos cerraduras y la puerta siempre se atora cuando intenta abrirla o cerrarla. Es uno en el que la luz parpadea cuando la enciende y donde no lo espera un perchero con otros abrigos, ya no hay un oso y un pato clavados en la pared para dejar las llaves o una alfombra que tenga cuidado de no manchar con los tenis.
El sofá ahora es individual y por lo tanto, nadie lo espera ahí después de un largo día de trabajo para abrazarlo y reconfortarlo, está vez, ni siquiera hay una televisión en la que ver alguna comedia romántica.
No hay más pelo de gato del que quejarse sobre él y menos arena por la sala, las habitaciones se han reducido a una y las luces blancas y no cálidas le dan un aire más frío, casi podría temblar por el y nadie lo abrazaría.
En su baño falta una botella de shampoo y la mascarilla que suele comprar esperando funcione en su lacio cabello sigue llena porque ya no hay nadie con el cabello rizado que pueda ocuparla para ocultar que cometió una equivocación al comprarla y en realidad es productiva.
El agua caliente ya no se acaba y la pasta de dientes ya no salpica el botecito donde solían guardarse dos cepillos y ahora solo hay uno.
Ya no tiene que extender la toalla en su lugar y buscar otro espacio para la suya porque ahora siempre está vacío.
Y ni hablar de la cama, que ya nunca estará tibia cuando quiera acostarse porque ya no hay nadie en el lugar que sufra tanto frío que se envuelva en las mantas aún en el día más caluroso.
El techo ya no está lleno de estrellas fluorescentes cuando apaga la luz y la voz que solía adormecerlo con historias interesantes se ha esfumado por completo de su mente. En su lugar, lo adormece su propio llanto hasta el cansancio.
Todos esos pequeños detalles pasarían inadvertidos si fuera otro día, pero este es uno malo, uno que le recuerda a aquel en el que se hizo la promesa de una vida eterna en su compañía, un día que le dio tantas esperanzas después de haberlas perdido por completo, su día más vulnerable.
Toma el collar en su cuello y lo guarda entre sus manos como si fuera su más grande tesoro pero al mismo tiempo quiere arrancarlo y arrojarlo como si fuera la más vil basura.
Después de todo, le tiene cariño, y ha sido su fortaleza durante esos largos dos años pero también es masoquista porque no deja de ser el recuerdo de una promesa rota, de ilusiones falsas y una vida de la que ya no formará parte nunca más.
Porque ese anillo que cuelga en su cuello, Rubén lo usó en el pasado para pedirle matrimonio y ahora no es más que el recordatorio de que aquello no ocurrió y ahora su vida es solitaria pero lo extraña tanto que quiere fundirse con el aire que respira y de alguna manera llegar hasta él mientras flota en el vacío que se ha creado en su corazón y en su vida.
Volviendo al tema, hoy duele más porque lo vio, porque se encontraron en una cafetería cercana a su nuevo lugar de trabajo que Rubén visitó porque su nuevo amor trabaja en el lugar, y no lo dijo pero lo supo al instante, porque sus ojos brillaron cuando entró al lugar y dolió tanto que casi lloro con la excusa de haberse golpeado el codo con la mesa o haberse quemado con su chocolate caliente.
De alguna manera sus miradas se cruzaron y ninguno pudo evitar saludar al otro o que sus pasos los guiaran a donde parte de su corazón permanecerá por siempre.
La plática fue amena, como siempre lo han sido, como ya no serán, hablaron de sus trabajos ahora en diferentes empresas, de sus nuevos gustos y de viejas costumbres. Rubén pidió un matcha caliente, cosa que nunca antes hubiera pedido pero aprendió a amar porque alguien más y no él, se lo enseñó.
Hubo nostalgia y melancolía fundidas en su pecho lista para solidificarse en las promesas que ya no se podráni hacer, pero también se creó ese mundo en el que solo existían ellos dos una vez más y se sintió correcto, se sintió bien permanecer ahí y deseo con todas sus fuerzas quedarse por siempre.
Pero el tiempo antes eterno ahora tiene cuenta regresiva y el atardecer llegó tan pronto que lo maldijo.
— Espero verte pronto — dijo el rubio y el sonrió diciendo que esperaba lo mismo pero volvió a la soledad de su "hogar" para volver a notar la mucha falta que le hace.
Para sufrir porque él ha avanzado y no puede dejar de sentirse estancado en todo lo que ya no serán nunca más. Así que cierra los ojos y se permite pensar que no habrá un mañana porque en sus sueños aún lo acompaña.
"Say it once again with feeling
How the death rattle breathing
Silenced as the soul was leaving
The deflation of our dreaming
Leaving me bereft and reeling
My beloved ghost and me
Sitting in a tree
D Y I N G"
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Sweet lies
Fanfiction- Cariño, miénteme a la cara. Dime que me amas aunque seamos una mezcla rara. Cariño no te alejes. No seas como esos despiadados seres. Cariño te seré fiel. Como las abejas a la miel. ----- Pequeña (ya no tan pequeña) serie de one shots rubckity