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¿Mi directo favorito? Definitivamente el de hoy.

Suelta un suspiro, ya escucha a los reporteros afuera y aunque no quiera admitirlo los nervios lo carcomen por dentro.

— Patito, ya es hora — Rubius sube las escaleras que llevan a su habitación, lugar donde ha pasado las últimas noches a petición del oso.

"Es que me siento solo y tu me prometiste darme lo que quisiera a cambio de un voto" le había dicho y obviamente no se negó, ¿como podría si le gustaba desde hace tanto? Tal vez esté siendo egoísta pero se consuela diciéndose que Rubius también lo es, que su deseo de poder es incluso más grande que el amor que él le tiene.

— ¿Aún no estás listo? — ladea la cabeza y el lo mira a través del espejo, se ve bonito vestido de chica, se toma demasiado en serio su papel de primera dama.

Otra de sus peticiones que no había podido negarle. — Me falta la corbata — Rubén se acerca a él para ayudarle, el lo mira atento.

Está usando una peluca negra que resalta sus ojos de colores cambiantes, un vestido azul celeste y un cinturón que le remarca la cintura que no sabía que tenía. Agradece que al menos no esté usando tacones porque entonces le pediría inconscientemente que lo pisara cada tres minutos.

— Pon las manos en mi cintura y bésame — le dice el peli negro sacándolo de sus pensamientos causando que casi se ahogue con su saliva.

— ¿Que? — la voz le sale más alta de lo que espera pero es callado por los dulces labios que siempre a deseado probar y que ahora sabe tienen un toque de manzana y canela.

La representación del fruto prohibido para el.

— Hay un reportero arriba del árbol — le susurra Rubén sobre los labios — tenemos que venderles esta farsa bien.

— Ya te he dicho que no tiene que ser una farsa – le hace caso y pone las manos en su cintura, Rubén suelta una risita.

— Eso lo vamos viendo patito, que no estoy listo para una relación — Rubén le ajusta demás la corbata y luego huye como solo el sabe hacerlo.

Lo deja tosiendo unos segundos por el corte abrupto del aire pero al final sonrie, al final no le dijo que no.

Sweet liesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora