Acto 19

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La peculiar mañana continuó tranquilamente, la chica con gemas esmeraldas aún seguía intranquila, la situación no fue de su agrado, y tampoco como terminaron las cosas, seguía reprochándose que la culpa no era suya, pero aún persistía ese sentimiento en su ser, dejando ver su gran empatía ante todo.

Al concluir las clases del día, esa chica se dirigió a su casa lo más rápido posible, sin despedirse de sus amigos. Solo salió en dirección al estacionamiento, se montó a la motocicleta y partió sin más.

—¿Qué le sucede a Sak? ¿Le hiciste algo? —reclamó Meiling.

—No cabeza de chichón —bufó el aire de sus pulmones con bastante resignación—, tuvo una pelea con él, se enojaron, terminaron mal, ella llegó sola y él vino a buscarla, salió su animal interno y me jaloneo, Sakura se enojó, se fueron a hablar, pero cuando ella regresó, estaba muy mal.
Así estuvo todo el día —dijo eso último con tristeza.

—¿Cómo qué Li te jalo? ¿Pero cómo? —preguntó inquieta Rika.

—Deja de creer qué es perfecto, porqué no lo es —dijo molesto.

La mirada absorta de la avellana lo decía absolutamente todo, nunca antes Touya Reed había hablado de esa manera tan fúrica, llena de irracionalidad.

—Es-está bien, te creó Touya, ya no diré más —contestó sin mirarlo más.

Aquel joven suspiró con gran fuerza, miró con vergüenza a sus amigos solo para decirles de la manera más gentil.
—Lo siento, no es su culpa, soy yo el que tiene sus reservas con ese sujeto, no ustedes, es normal que tengan dudas por la actitud de Saky, es normal que cuestionen esas cosas, y yo estoy siendo un patán con ustedes, lo siento.

—Touya, yo te entiendo, sé que es difícil para ti que este Li, pero independientemente de eso, siempre has sido el más ecuánime, es raro verte perder la compostura, pero tampoco te juzgamos mal, solo que es extraño. —Posó su mano en el hombro de su amigo aquella morena.

—Pienso que al final todo estará bien —dijo Yukito.

Todos los vieron esperando que esas palabras fueran ciertas, denotando la angustia que sentían, tratando de apoyarse en todo momento.

Sakura llegó a su hogar, estaba destrozada, la situación la abrumó lo suficiente, azotó aquella puerta con gran furia, prendió el estéreo y puso una canción a todo volúmen

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Sakura llegó a su hogar, estaba destrozada, la situación la abrumó lo suficiente, azotó aquella puerta con gran furia, prendió el estéreo y puso una canción a todo volúmen.

Se podía oír el canto de la chica con la canción, misma canción que repetía sin descanso.

Pasó el tiempo para todos, Shaoran llegaba cansado del apabullante día que tuvo, estaba dispuesto a tomarse una ducha y descansar, pero la gentil voz del portero lo sacó de su ensoñación.

—Discúlpeme señor, pero la señorita ha estado haciendo mucho ruido desde que llegó de la escuela.

—¿Ruido? —preguntó absorto.

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