Quédate conmigo

Acto 9

La mañana de un moreno empezó de la mejor manera, tenía altas expectativas para dejar de oscilar, sin embargo confirmar con sus propios ojos las cosas, lo hicieron dudar. Ver a Sakura salir de ese coche rojo, provocó en él rabia, y frustración, no podía hacer gran cosa ante esa situación, más al notar la dulce sonrisa que emanaba de la chica, sintió su corazón palpitar con gran fuerza, confirmó que ese dulce gesto le daba una felicidad absoluta.

Esperaba fuertemente ver su deseo cumplido, pero, y aunque en algún momento cedió ante la presión de la situación, decidió ir con pasos lentos, desentrañando incluso mejor sus sentimientos. Dejando de lado toda acción.

Su mañana entre clases y pensamientos dudosos, provocaron en él un claro desespero, mismo que lo único que consiguió fue un fuerte dolor de cabeza, y que su cara se llenará de un gesto de fastidio demasiado notorio para todos a su alrededor, incluyendo a una pequeña castaña que de vez en vez lo veía rabiar, provocándole cierta incomodidad.

—¿Tou?

—Hmm.

—¿Ya-ya estás más tranquilo? —preguntó dudosa.

—¿Por qué la pregunta Saky?

—Toda la mañana has estado muy inquieto, incluso irritado.

—Perdón.

—No, o sea no te pido una disculpa, solo quiero saber si ya no te sientes de esa forma.

Fijó su mirada con gran insistencia a los ojos de la chica que nunca dudó en dejar de verlo ni un instante, se sintió atraído por la dulce idea de creer que en ella había interés por él, pero dejó rápidamente de lado ese pensar al seguir escuchando su melodiosa voz.

—Sí no quieres decirme está bien, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo. —Le sonríe.

—Gracias Saky. —Le devuelve la sonrisa.
¿Puedo preguntarte algo?

—Dime.

—¿Cómo se llama tu novio?

—Shaoran.

—Él te importa mucho, ¿verdad?

—Sí, verás, él… —Suspira. Me ha ayudado en tanto, y yo, he mejorado mucho por él, que ustedes sean mis amigos, gran parte de eso es por Meimei, pero otra es por el ánimo que me ha dado Shao.

—Comprendo, ¿lo amas?

—Mucho, es mi primer novio Tou. —Sonríe un poco avergonzada.

—Me alegra que me digas estas cosas, gracias.

—Muchas gracias Tou, por escuchar.

Aquel joven alto, con semblante frío sintió un daga cortar su corazón, y al mismo tiempo experimentó una gran dicha, aquella jovencita lo había rechazado sin siquiera haber hecho una propuesta, y sin embargo estrecharon sus lazos de una manera distinta; es verdad que le dolía aquel chico que sus sentimientos no fueran correspondidos sin siquiera haberlos exteriorizado, pero provocó en él una genuina felicidad al sentirse un poco más cercano a ella.

«Será mejor que dejé todo este meollo por la paz, ella lo vale. Prefiero tenerla como mi amiga, que perderla de forma definitiva».

—Oye, vamos con los demás.

—Sip.

Siguieron platicando de varias cosas, y se dieron cuenta de lo compatibles que eran, ambos amaban los atardeceres, escuchar la música a todo volúmen, cantar sin que nadie les escuchará, leer un buen libro antes de dormir, comer palomitas con películas de terror, y cocinar para los demás.