Acto 23

66 7 14
                                    

Planeo mudarme a Tomoeda. 

Qué grandiosa noticia hija, pero ¿y Shaoran? 

Pues que no me mudaré con él, ambos… Decidimos terminar mamá, no compartíamos metas y tampoco podía atarlo a un futuro que no lo hacía feliz. 

¿Estás bien con eso hija? Sé lo mucho que lo amabas. 

Pues sí mamá, pero la vida sigue. 

Entonces, ¿con quién te mudas? 

Touya, ambos queremos trabajar en la preparatoria Senju. 

¿Con qué Touya? 

Mamá, no pienses cosas. 

Sabes hija, me alegra que tengas gente que te quiere cerca, me hace sentir más tranquila sea donde sea qué estés. 

Mamá, ¿nos podrían aceptar un par de días? 

Por supuesto hija, el tiempo que necesiten, incluso sí es más del que tienen planeado como mudanza. 

No quiero abusar mamá. 

—No es abuse, me alegra que quieras volver a casa. De algún modo. —Se ríe.

Nos veremos mañana mamá, los amo mucho, saluda a papá de mi parte. 

Sakura empacó sus pocas pertenencias al igual que su amigo, tomaron un taxi y ahí los esperaba alguien más, alguien que Touya no conocía pero la jade sí. 

—Dragón-san, viniste. —Saludo muy feliz. 

—¿Segura qué te regresas a tu ciudad? 

—Sip, no me iré sola, te presento a mi mejor amigo —jaló al chico a su lado—, él es Reed Touya, Touya él es Hanagemaru Kurogane. —Sonríe. 

—Un gusto. 

—Lo mismo digo.
Ya entiendo los celos. 

—¡Dragón! 

—Ja ja ja ya, no diré más Cerezo. 

—¿Cerezo? —cuestionó Touya con gran asombro.

—Así me dice, ¿tienes problemas con eso? 

—No, solo preguntaba. 

—Cuidate mucho, iré a verte cuando estés instalada, y mantente en contacto, ¿está bien? 

—¿Acaso me podría negar? —dijo con sarcasmo. 

Se despidió de su abogado amigo con dirección a su pequeño pueblo deseando dejar absolutamente todo eso que la atormentaba atrás. 

Su acompañante miraba expectante a la chica, pero temía preguntar, no quería incomodarla, aunque lo cierto era que esa chica ya conocía demasiado bien a su amigo, y sin que fuera necesario que él le preguntara ella le dio respuesta. 

—Kurogane es amigo de él, pero… También nos hicimos amigos. Es por él que sé por qué se fue. 

—¿Y por qué fue? 

—Por su familia. 

—No comparto su decisión, pero lo entiendo. 

—También yo. 

—¿Lo odias? 

—No puedo odiarlo Touya —sonríe con tristeza—, solo espero que vaya bien. 

—Ay mujer, hasta en eso no cambias. 

Quédate conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora