Acto 43

79 5 16
                                    

—Shaoran, yo… —dijo dudosa. 

—No me digas nada preciosa —comienza a lamer su cuello—, solo déjame amarte. 

Sakura abrazó con fuerza a ese hombre que no la soltaba ni un instante, acarició con ternura su rostro haciendo para atrás todo su alborotado cabello color chocolate, sentía una especial calidez a su lado, sin embargo tampoco estaba de acuerdo con crearle una falsa ilusión a él, pues no quería herir sus sentimientos, sabía muy bien esa jade que la amaba con gran devoción, pero no quería aprovecharse de eso, no estaba en sus planes. 

—Shaoran eres muy importante para mí. 

—Pero no sientes el mismo amor que yo por tí —completo—. ¡Ay preciosa! ¿Qué voy a hacer contigo? 

—Ja ja ja, Shaoran. 

—Hmm. 

—Gracias. 

—Ja, nada de gracias me voy a cobrar haciéndote mía está noche —dijo con sorna.

—Ja ja ja, aceptó ser tuya Shaoran —sonríe—, no sólo está noche. 

Ese hombre borró al instante su sonrisa, se enderezó, jalando suavemente también a la chica, se quedó observándola en completo silencio, con su cara llena de asombro por las palabras pronunciadas por ella anteriormente, creyendo incluso que estaba alucinando. 

—¿Por qué lo haces? —preguntó débilmente, con evidentes dudas al respecto. 

—No quiero que te vayas de mí lado nunca más. 

—Preciosa —su habla expresaba angustia—, nunca me iré sin importar sí eres mía o no, no lo hagas por eso, hazlo porque en verdad quieras. 

—Por favor no me dejes, Shaoran, no podría soportarlo una segunda vez, simplemente ya no podría. 

—Nunca preciosa, nunca. —La abraza. 

Tomó a esa chica en sus brazos con fuerza, ella que estaba debajo de él no opuso resistencia alguna, sintió como ese hombre se acurrucaba más en ella, llenándola de su calor y su aroma, algo que siempre le encantó a esa jade, Sakura buscó los labios de Shaoran con gran desespero, una vez que dio con ellos comenzó a besarlo con pasión, mismo sentimiento que ese castaño también tenía, dejando a ambos a la deriva de sus deseos, permitiendo experimentar una vez más sus cuerpos en un éxtasis inigualable. 

Sonaba la alarma de aquel castaño, el cual tenía un increíble sueño donde esa chica de ojos verdes accedía a estar solo con él como hacía tantos años atrás; movió su mano con bastante torpeza hasta apagar aquel despertador que no paraba de sonar, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Sonaba la alarma de aquel castaño, el cual tenía un increíble sueño donde esa chica de ojos verdes accedía a estar solo con él como hacía tantos años atrás; movió su mano con bastante torpeza hasta apagar aquel despertador que no paraba de sonar, intentando volver a conciliar el sueño en aquella cómoda posición para nuevamente tener esa ensoñación con su tan querida niña, pero sintió algo más, eso lo hizo fruncir el ceño, no eran las cobijas o una almohada, se sentía completamente diferente, abrió con lentitud sus ojos y la vio a ella acurrucada en su pecho, sintiéndose afortunado, dándose cuenta que no había sido un sueño suyo, sino que en verdad sucedía, esa chica estaba justo ahí con él.

Quédate conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora