Acto 48

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La ceremonia matrimonial de Touya y Tomoyo se llevaba a cabo en el hermoso templo Tsukimine, llenando el lugar de una mágica atmósfera de júbilo y alegría, los invitados, cuidadosamente seleccionados por la pareja, se encontraban presentes para celebrar el evento tan especial en la vida de nuestros queridos personajes. Los rayos del sol de esa hermosa tarde de sábado, de esa hermosa tarde de verano, de esa hermosa tarde de agosto iluminaban aquel templo con su esplendor creando un ambiente cálido y acogedor, el aroma de las flores frescas y el suave sonido de la música tradicional llenaba el aire, añadiendo su propio toque de serenidad a tan bello entorno; la pareja, radiante de felicidad intercambiaban miradas llenas de amor y complicidad.
Familiares y amigos se reunieron a su alrededor ofreciendo sus bendiciones y buenos deseos con sus presencias; aquellas hermosas palabras que resonaban con fuerza por el templo, llenaron el lugar con una hermosa promesa de amor eterno y unión entre ambos, los votos matrimoniales pronunciados anteriormente se habían convertido en la base sólida sobre la cual construirían su nueva vida, juntos. Aquel momento culminante llegó con la promesa en forma de anillo, mismo que Touya deslizaba con ternura inigualable sobre el dedo de su ahora esposa, sellando ambos ese compromiso de amor eterno.

Los ojos de su amada se inundaron de lágrimas llenas de amor y felicidad, ella, por su parte rozaba con suavidad aquella argolla matrimonial sobre el dedo anular de su esposo, la emoción era basta, y el palpitar de su corazón lo hacía notar, sin embargo, su felicidad no era la única en relucir, pues su grupo de amigos, aquellos que eran una gran familia también gozaban de una inconmensurable alegría, momento en el cual Tomoyo terminó de color el anillo y sellaron sus votos matrimoniales con un suave beso, la algarabía sonó al unísono, demostrando el júbilo de lo que significaba aquel precioso momento.

—Ja ja ja, sabes lo realmente gracioso que todo esto significa Touya —dijo acercándose a él—, durante años, años —acentúa con mofa—, deseaste tenerme lejos de tu vida, de tu entorno, ¡Años! Me peleaste alejarme de ella, tu tan adorada mejor amiga, que no estuviera a su lado, y ahora todo se vuelve una absurda burla, porque vivo con ella, con esa chica que tanto anhelabas alejar de mí, y terminas casado con mi hermana menor, ¿Ves lo tremenbundamente jodido qué es esto para tí? Eres mi hermano menor, pero que irónica es la puta vida, socio. —Se ríe a carcajada limpia.

—Cállate imbécil —lo mira mal—, en todo caso espero que no cometas tus mismas tonterías con ella, Saky no podrá soportar algo así una vez más. —Gira su vista, Shaoran baja su rostro sin decir más, Touya divisa a su mejor amiga abrazando con efusividad a su ahora esposa.

—Tomtom, te deseo la mayor de las dichas, quiero que seas feliz y que cuides del cabezota de Toto —carraspeo—, perdón de Touya.

—Sakurita, te lo agradezco tanto —respondió con lágrimas en los ojos—, valoró tanto tu bendición, pero no tengo ningún inconveniente en que llames a Touya Toto, ustedes son familia desde antes de conocerme, no me atrevería jamás a quebrantar ese vínculo —sonríe—. De hecho, de no ser por tí, nunca habría conocido al hombre del cual me enamoré, jamás habría entablado una hermosa amistad contigo, y con los demás, nunca habría descubierto el hermoso ser que eres y el porqué del actuar idiota de mi hermano, eres simplemente cautivadora Sakurita, y le agradezco profundamente a los dioses por haberte puesto en mi camino, en mi vida, sé que es precipitado porque aún no lo hemos planteado ni nada, pero quiero que seas tú la madrina de mis hijos.

Sakura sonríe y asienta levemente avergonzada.
—Acepto la enorme responsiva que depositas en mí, Tomtom. —La abraza.

Sakura y Shaoran conectaron sus miradas, el sonrojó en ellos fue evidente, desviaron sus vistas para continuar felicitando a los recién casados, Touya veía fijamente el actuar de su mejor amiga y el de su ahora cuñado, le hervía la sangre de solo darse cuenta que ambos eran tal para cual y que ninguno hacía nada, Sakura abrazaba con cariño a su mejor amigo, derramó sus lágrimas abiertamente, le dolía, era verdad que el amor romántico que una vez sintió por Touya ya no existía, no obstante, le dolían los grandes cambios que significaban sus nuevas tomas de decisiones, las cosas con ese moreno ya no serían las mismas y tenía que respetarlas.

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