Acto 39

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Touya jalo la mano de esa chica que lloraba sin aparente descanso, llena de dolor y miseria, tomó su celular y leyó ese mensaje, dejó su teléfono en la mesa de junto, la volvió a jalar para abrazarla, ella gritaba del dolor que todo eso le provocó, pegando con fuerza al pecho de su amigo, odiando cada instante, sabiendo que todo, absolutamente todo, había sido su culpa. 

—Yo le hice esto —dijo aún llorando. 

—No —respondió débilmente. 

—Yo le hice esto, él estaría mejor sin mí. 

—Sin tí, te juro que se moriría. 

—Ya se está muriendo Touya. —Gritó. 

—Sí, pero quien debía estar ahí no debía ser él, debía ser yo. 

La chica se alejó de él, lo miró  con los ojos llorosos al rostro, y le dijo:
—¿Esto era por lo qué me necesitabas como amiga? 

—Sí. 

—No me malentiendas por favor, pero si debías ser tú, ¿por qué fue Shaoran? 

—Recuerdas que te genere un peso kármico. 

—No comprendo. ¿Qué tiene que ver eso con esto? 

Touya bastante avergonzado bajó su mirada al suelo, su amiga lo veía con instantencia queriendo descubrir qué era lo que decía, los segundos se hicieron eternos, donde el silencio reinaba en la habitación, los instantes sólo se transformaban en agonía pura, Sakura no pudo esperarlo más y le sentenció sus acciones con el gesto fruncido y los ojos llorosos, pidiéndole a gritos silenciosos que le dijera las cosas, Touya no sabía por dónde empezar, quería tener la templanza ante todo, se sintió responsable por los males que le causaba, pero también por los silencios que callaba, llevándolo a querer huir de la habitación de la chica, sabiendo que no era tan fuerte para enfrentar a su mejor amiga, pero y sin previo aviso su salvación en forma de los padres de Sakura se hizo presente, ambos entraron bastantes preocupados por la única hija que tenían, Nadeshiko abrazaba con lágrimas en sus ojos a su adorada niña, tratando de consolarla, dándose cuenta que tenía una pelea con ese moreno, desviando completamente la atención. 

—¿Cómo te sientes princesa? —le dijo su padre. 

—No sabía de mi embarazo—admitió avergonzada—, el doctor me explicó que al ser las primeras semanas las de más riesgo fue casi inevitable que esto sucediera, principalmente por las cosas que pasaron. 

—Touya nos contó lo que sucedió hija, esperamos de todo corazón que Shaoran se encuentre bien. 

—También lo espero mamá. 

—¿Y con lo del bebé, cómo te sientes? 

—No lo sé mamá, todo es tan confuso. 

—Espero que esto no te desanime en un futuro, si desean —incluyo a Touya—, tener hijos. 

—Touya no es el padre, mamá. 

Nadeshiko miró con grandes ojos a su hija, preguntándose incontables veces si había escuchado bien, o porque decía las cosas, Sakura noto absolutamente todo y con fastidio le contó a sus padres las cosas. 

—Touya y yo terminamos, vimos que lo nuestro como novios no funcionó —mintió—, al final supongo que era normal, en fin.

Touya miraba a esa niña postrada en la cama incapaz de hablar, sintiéndose un completo idiota por quitarle todo lo que ella más anhelaba, sabiendo que él fue el responsable de todo ese dolor. 

—Comprendo hija, no importa quien haya sido, lo importante ahora es que estés bien, que te recuperes y puedas decírselo a Shaoran. 

La chica bajó su mirada, asintiendo repetidamente, con sus ojos inundados de lágrimas, sintiendo la miseria de todo, sintiéndose completamente sola a pesar de estar rodeada de gente que la quería y cuidaba. 

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