Cruda Realidad.

Capítulo 3

- Ummmm, lo lo siento señor- dijo Nunew mirando al mayor, el tipo daba miedo. Miro la mesa atrás del hombre encontrándose con dos pares de ojos más observándolo con mala cara. "Mierda" se asustó, el chico se paró brusco  agarró los libros que llevaba con él e inmediatamente se giró buscando un lugar lejos de esos hombres, pero para su mala suerte, cuando giró se tropezó con una de las sillas y cayó al suelo creando un interesante espectáculo ruidoso para la gente que se encontraba ahí.

-Mierda- se paró enseguida, dejó los libros en la mesa y se fue del lugar.
Salió de la biblioteca con la cabeza a gachas, cruzó la calle cojeando y se sentó en unas de las bancas de la plaza.
-Ay! duele- el menor se levantó con cuidado la botamanga de su pantalón olgado, observó su rodilla y si, tenía un nuevo golpe, suspiro pesadamente -Estúpido Nu, que vergüenza- se decía así mismo, ahí quedó sentado hasta que el dolor se fue calmando.
Miraba todo a su alrededor, mucha gente transitando, la mayoría parecía que hacían carrera por lo apurado que se veían, en trajes lindos, hablando por teléfono y algunos con cara de malhumorado. Había también mamás con sus pequeños paseando, y cuando reconocía algún cliente de su padre desviaba la mirada al suelo para que no lo reconozcan.
Cuando el dolor fue pasando después de varios minutos se levantó de la banca, tenía hambre, así que de dirigió despacio al negocio frente de su edificio para comprar algo.

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En la biblioteca, Zee quedó expectante con lo que estaba viendo y cuando reaccionó solo vio la espalda del joven yéndose del lugar con la cabeza a gachas. Se inclinó para acomodar las sillas que estaban tiradas en el suelo y pasó su mano por los tres libros  que habían quedado en la mesa. " La niña que bebió luz de luna" " El Rey y la peste" ," viaje al centro de la tierra"

- No hay relación alguna, parecen escogidos al azar...son libros para niños- dijo en susurro.

- Oye Zee lo epantaste!- dijo Max riendo- literalmente salió corriendo.

- No debiste asustarlo- contradijo Net, después de un poco de silencio volvió a decir: - Era tierno como trataba de leer, ahora de seguro no va a querer hacerlo otra vez.

- No me di cuenta, me dejé llevar, no pensé que iba a asustarse así-

Zee volvió a sentarse pero no pudo concentrarse en la lectura. Trató pero solo pensaba en la cara de asustado del pobre chico. Miró la hora del reloj y le dio el libro que tenía en sus manos a Max - Encárgate!

- Zee podemos comprar uno nuevo si quieres,  no lleves este, está viejo y quién sabe en manos de quien estuvo.

- En las mías hasta hace poco, encárgate y vamos que se nos acabó el tiempo.

Los tres se pararon, Max obedeció y se acerco al bibliotecario para comunicarle que  el joven Pruk iba a quedarse con el libro. El viejo apenas escuchó el apellido no dudó en negarse a que se  lo lleven (un poco más y se lo envolvía como regalo).
Cuando estaban saliendo Zee observó a sus guardaespaldas afuera de la institución, levantando un poco mas la vista  hacia la plaza reconoció enseguida la espalda del joven que iba caminando despacio y cojeando cada tanto. Por asustarlo el chico estaba caminando así ahora.

- Vamos Zee, debemos volver- escuchó la voz de Net, es el más joven de los tres, pero el más seguro y confiable a la hora de pedir consejos.

-De acuerdo- y así se volvieron los tres a la empresa.

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Nunew entró a la tienda y saludó al hombre en el mostrador, (el señor no era muy grande y sabía que le tenía algún tipo de respeto solo porque era el hijo de Luck) paseó por los pasillos y eligió unas papa fritas, una gaseosa, algunas verduras que ya no habían en la heladera y carne. Lo llevó al mostrador y colocaron las cosas en una bolsa de papel. Así era cada vez que iba a comprar, no pagaba, no tenía noción del dinero porque no lo manejaba, y tampoco pensba que era necesario. Llegó a su casa y para sorpresa estaba su papá.

-Me llamó el bibliotecario, me dijo que te caíste con unas sillas. Me causó gracia cuando me lo contaba.

Nu lo escuchó, trató de hacerse el desentendido mientras caminaba despacio hacia la cocina, sin mirar a su padre, guardó las cosas que compró con cuidado, cuando de repente sintió el agarre fuerte en su cuello y que  comenzaban a susurrarle en el oído.

- Me dejas en vergüenza apenas sales y en frente de uno de mis clientes. Es por eso que no quiero que salgas, interfieres en mi negocio dejando una mala imagen mocoso-.

El menor giró quedando cara a cara con Luck, trato de safarse del agarre por inercia, mala idea, solo recibió una cachetada fuerte en su rostro, sintió como lo giraron otra vez chocando con la heladera y como le bajaban un poco el pantalón, cerró sus ojos sabiendo que es lo que se venía.
A pesar del dolor que sentía trataba de mantener sus pensamientos en cualquier cosa, esperando que pase rápido todo eso. Diez minutos después sonó el celular de Luck, el mayor contestó el teléfono, acomodó su ropa y se fue.
El menor, que había quedado parado en el mismo lugar, volviendo en sí miró su ropa, levantó la vista y se dio cuenta que estaba solo, respiró profundo resignado dirigiéndose a la puerta principal para ponerle seguro y luego al baño. Entró a la ducha con la ropa que llevaba puesta y comenzó a llorar con impotencia dando golpes no muy fuerte a la pared, odiaba que no pudiera hacer nada, tantas veces planeando estratégias, defendiéndose o esforzándose a ser positivo no serbía de nada, siempre terminaba siendo vulnerable. Por eso últimamente, (como último recurso y que sí le había funcionado) optaba en poner su mente en blanco, ir a un mundo distinto con ayuda de su imaginación, así por lo menos no era consciente de lo que le estaban haciendo.