Capítulo 17

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Fue una semana muy buena para La Casa, al día siguiente de haber firmado contrato con el famoso Pruk el negocio fue visitado por grandes empresarios conocidos de su nuevo socio- sponsor, había corrido la voz de que habían buenas jovencitas en el lugar, que era elegante, limpio y con buen servicio en consumos.

Después de la borrachera y de haber llegado a su casa, Luck junto a dos fieles compañeros empezaron a llamar a sus antiguos clientes para avisarles que se mudarían de casa y que se los contactará para la reapertura del lugar, para terminar de convencer algún que otro cliente se les avisó que sus jovencitos y jovencitas preferidas los esperarían con los brazos abiertos y que algunos productos los encontraría en precios rebajados. Tuvieron que encargarse en seleccionar cuales de sus empleados se mudarían y cuales se quedarían, sin contar que ya tenían en sus manos los legajos de los nuevos empleados propuestos por la gente de Pruk. Estaban en otro nivel si los comparaban con su gente. A Luck no le quedó de otra que deshacerse de su resaca para tomar buenas decisiones, tenian que resolver todo antes de volver a su trabajo y explicar bien el nuevo funcionamiento del lugar a los que trabajaban ahí.
La semana completa recaudó el doble de lo que juntaban en dos semanas, sacando el porcentaje que le quedaba al proveedor. No tardó en invertir en el nuevo lugar para hacer la apertura cuanto antes y duplicar lo que se invertiría. Si, todo iba muy bien! Más de lo que había imaginado. Solo que, sumado las semanas anteriores y contando que Luck era quien se encargaba el 85% del todo el trabajo sufrió un pico de estrés al no descansar bien, el médico con el que trabajaba le aconsejó que se tome tres días como mínimo para que su mente esté en orden. Es por eso que volvió al departamento donde había dejado a su hijo solo. Le costó mucho, toda su mente estaba involucrada en el progreso de su negocio, era perfeccionista hasta en el más mínimo detalle y estaba seguro que si no analizaba algún avance por su cuenta no saldrían bien.
El sábado se lo pasó echado en el sillón sin mover un dedo, todo lo hacía su hijo. No le dió importancia tampoco, excepto cuando notó un gesto de molestia que hizo el menor como repuesta al comentario que le hizo sobre el mal aspecto que traía, eso encendió una alarma. "Cuándo este mocoso se atrevió hacer un gesto así como repuesta?" Pensaba Chawarin, decidió estudiar sus actos así que lo molestó un poco el día dándole ordenes simples, pero el menor no volvió a hacer esos gestos después de eso.
El segundo día se sentía peor que el día anterior, su estómago no estaba bien, su cabeza latía y los ojos le pesaban. Su mente estaba en La Casa, en sus clientes, en su reputación...No tenía ánimos de nada y su hijo no lo molestó en ningún momento.
El tercer día ya se sentía mejor, su hijo salió temprano de su habitación, por el ruido que escuchaba y el aroma que sentía seguro preparó algo en la cocina para luego encerrarse otra vez, y así fue. Ahora que el cuerpo no se sentía tan pesado su cabeza volvía a pensar en todo un poco, sus recuerdos vagaron hasta el momento de recordar a su difunta esposa, era algo que nunca iba a poder superar y a la vez reconocía las malas decisiones del pasado y como es que llegó hasta este punto en su vida. Si hubiera actuado distinto, si hubiera escuchado a su familia, si no hubiese nacido Nunew...cómo sería su vida ahora? Necesitaba un trago, urgente, no quería pensar en el pasado otra vez. Se levantó de donde estaba y caminó hasta donde estaba la heladera...no había alcohol, dio un leve portazo a la heladera y se preparó un cafe, sería mejor, la medicina y el alcohol no sería una buena combinación, necesitaba recuperarse y volver a su trabajo, tener el control.
En eso ve a su hijo salir de la habitación. Como le molestaba esa expresión de niño mediocre, "porqué este chico salió así?" Pensaba. El único retrato vivo de su mujer desperdiciado es un niño estúpido.

-Y mi almuerzo?

-Se encuentra ahí. Es es ensa salada mmm con pescado.

"Otra vez tartamudeando...me irrita...debo darle una lección no? Soy su padre después de todo".
Luck se acerca a su hijo, podría ser un poco retrasado si, pero era de buen parecer, siempre con un olor limpio. Y "bingo! Ya está asustado, retrocedió ante mi, su respiración se esta acelerando. En este muchacho sigo manteniendo el poder y él lo sabe bien..."
El mayor está sastifecho, como le gustaba tener el control en todo, deja ir a su hijo y vuelve a sentarse a tomar su cafe.
Aprovechó la tarde para comunicarse con Park y Mark, ellos querían ir hasta su casa pero él se los impidió, había decidido por lo menos estar hasta ese día sin ver a nadie y volver con todo sus sentidos bien al trabajo, estaba tranquilo porque las cosas marchaban bien así que les delegó unas tareas simples para continuar con los planes y corto las llamadas.
"Perfecto" todo marchaba bien...se levanta e inspecciona la casa, todo esta en orden, entra a la habitación de su hijo y ve los libros por todos lados, los agarra y relee de forma rápida los títulos...nada extraño, eran libros inofensivos, abriendo su armario ve la chaqueta colgada, la camiseta manga larga blanca y un pantalón nada más. Abre un cajón de un mueble medio desarmado y encuentra cremas, exfoliantes, sales para duchas, jabones aromáticos "Qué mierda?" Sale de la habitación y marca al dueño del negocio frente a su casa.

-Sr Luck! Que extraño que llame, pensé que lo encontraría en la apertura de su nuevo local.

-Dime una cosa, el muchacho con que frecuencia se cruza a comprar? Encontre un spa en mi casa.

- Oh Nunew, si. Hace un mes comenzó a llevar esos productos, parece que por fin le llama la atención algo, resultó ser coqueto.

-No hagas bromas- suspira- Mira, te pediré que me digas lo que hace de ahora en adelante, con esto del nuevo local no puedo controlarlo, sabes que es un muchacho retraído y necesita que lo vigilen.

-No soy niñera Luck. Pero creo que puedo hacerlo, es un lindo chico.

-No es un jóven como los de La Casa, no te confundas. Es mi hijo.

-No lo dije con esa intención hombre, conozco a tu hijo desde hace unos años cuando era pequeño, no soy un pedófilo.

-Okey, después dime que quieres y tenlo por seguro.

Luck corta la llamada y mira a su alrededor. Ve la hora, ya había pasado demasiado tiempo desde que el menor salió, un sonido lo saca de sus pensamientos, la puerta se abre y entra su hijo. Oh, esos movimientos suaves y siempre en alerta, cruzando miradas y evitándolas al mismo tiempo. Ahí estaba su niño. Lo despreciaba y a la vez le divertía.
Nunew se queda a un lado de la puerta principal, no se anima a moverse, traga un poco de saliva y atina a hablar pero no lo hace, decide esperar a que su padre lo haga primero.

-Ven muchacho, hoy quiero que me bañes. Porqué no traes tus sales y jabones perfumados y me acompañas al baño?...me gustaría que el agua esté tibia, eso sería bueno. Vamos!, ve anda.

Nunew se muerde el labio, debió esconder mejor sus cosas, respira profundo y camina hasta su habitación en silencio, saca las cosas y se vuelve hasta donde está su padre, juntos caminan hasta la ducha, Luck le da una seña para que empiece a preparar el agua y el menor lo hace enseguida, cuando termina de preparar la pequeña tina su padre le hace otra seña para que empiece a sacarle la ropa. Nunew no quería, tarda un poco en obedecer pero termina cediendo. Desabrocha la camisa del mayor, botón por botón y lo deja a un lado en el suelo, no levanta la mirada en ningún momento, es mas mira hacia un costado cuando continúa con el pantalón, no quería ver el cuerpo desnudo de nadie. Retira el pantalón y se queda a un costado del baño.

-No, no, no muchacito. Falta algo, retíralo- Luck señala sus bóxer.

Que humillación, Nunew pasa su vista desde el suelo al techo, cierra sus puños y le tiembla la mandíbula. Respira un poco más y decide acercarse otra vez, cuando está frente a su padre este levanta su mentón y hace que lo vea fijo a sus ojos. El menor agarra el elástico del bóxer con cuidado y comienza a bajarlo rápido y se safa del agarre de su mentón y retrocede rápido dándole la espalda a su papá. Cuando siente el agarre fuerte en su brazo que lo hace girar.

-Ven aquí mocoso.

-No, no, no...no quiero.

-Si, si quieres. Vamos a pasar un aromático momento.

Cruda Realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora