Chapter 11 ; unwanted invitation

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Faltaban un par de días para la presentación de nuestros proyectos finales

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Faltaban un par de días para la presentación de nuestros proyectos finales. Un mes completo había pasado desde que Jeon y Yoongi se habían metido en mi vida. Algo dentro de mí me decía que en algún punto ellos se hartarían de mi monótona vida, que se irían, así que, en todo momento actué como si no fuéramos tan cercanos aún cuando a veces, cuando no atendía a las llamadas o me excusaba por estar ocupada, me sentía extraña.

Supongo que era una reacción por la manera en que siempre he estado sola y ahora no lo estaba. Podría preguntarle a alguien, pero ciertamente... no tenía a nadie. Así que me las apañé sola e hice lo posible para no sentirme tan apegada a ellos.

Y es que, era complicado no generar sentimientos hacia ellos. Quiero decir, Yoongi era una persona extrovertida y sin miedo a ser él mismo, mientras que Jeon era alguien atento y honesto solamente a las personas que le importaban. Porque podía mandar a la mierda a todos, menos a Yoongi y a mí. Aún no entendía la relación de esos dos, pero se veía lo más parecido a la de un par de hermanos. Algo que me hubiera gustado tener con los míos.

Me encontraba en una cafetería, terminando los últimos detalles de un ensayo, cuando me entró la llamada en mi móvil. El nombre de Jeon apareció en la pantalla. Suspiré. Era la tercera vez que intentaba llamarme el día de hoy, pero yo no había atendido. Me sentía nerviosa de solo hacerlo.

Tal vez era un poco de culpa por la manera en que siempre he sido tratada. Era un sentimiento como si algo malo fuera a pasar.

Pronto la pantalla se puso negra y una notificación de llamada perdida apareció. Otro suspiro.

Mis dedos regresaron a moverse por las teclas de la portatil, regresando la atención a mi trabajo antes de decidir que no podía pensar más acerca del arte barroco y mejor cerré la portatil para ir hacia mi dormitorio.

Lo que me gustaba de esta cafetería, era que no se encontraba tan lejos de mi dormitorio, solo lo suficiente como para hacer una caminata de quince minutos debajo de algunos árboles que hacía el camino de lo más lindo. El sol se había metido desde hacía un rato, las bombillas de los postes era lo único que iluminaba mi avenida y, aún cuando podría dar miedo a cualquiera, a mí me relajaba de sobremanera.

En mis cascos salía una vieja canción de IU, que solo me hacía suspirar. Haciendo todo el trayecto más melancólico.

Fue cuestión de tiempo para que yo llegara a la entrada de mi dormitorio, por la hora, ya no habían personas fuera, así que solo me tocó saludar al portero que había ahí. Una vez que me encontré en el ascensor, dejé caer mi cabeza sobre una de las paredes que era un espejo. Mi respiración hizo vaho en este por un segundo hasta que las puertas se abrieron.

Al poner la clave de la puerta, me di cuenta de inmediato que Song no se encontraba, lo que era algo bueno para mí. La verdad es que no tenía ánimos de socializar y la desventaja de vivir en un dormitorio era que no podía encerrarme en mi habitación.

Hard to love | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora