Me había sentado como una patada en el estómago el hecho que mi madre se haya presentado en mi casa el día de navidad. Sin embargo, me sentía orgulloso por tener a Kyoki de mi lado. Sin duda alguna, no había cometido ningún error al acceder a la loca idea de mi hermano.
Mi vida, ahora que Kyoki se encontraba en ella era mejor. No solo en el ámbito escolar o de trabajo, sino personal. Sabía que ella había pasado por diferentes tipos de situaciones, sorprendiéndome siempre que ocurriera un problema y ella pudiera salir de él.
Ya nos encontrábamos a medidados de enero. Habíamos regresado a clases en cosa de nada, aunque eso no nos eximía de tener trabajo. Aunque, ahora parecía que estábamos en una mejor época, porque era arte en lienzo, lo cual era la especialidad de mi novia. Su elemento.
A veces, cuando salía de clases ella seguía trabajando en casa. Por desgracia, este semestre no copartíamos horario, mucho menos congeníabamos en este. Kyoki había estado quejándose ante mi impaciente trasero cuando lloriqueaba porque no nos veríamos como antes, todo una fachada, solo para hacerla reír un poco, sabía que le gustaba que fuera tan empalagozo. Nunca lo diría en voz alta, de eso seguro. Pero sabía que le gustaba, podía verlo en el fantasma de sonrisa que siempre tenía en sus labios cuando lo hacía.
Hoy, era otro día en el que decidía saltarme una clase de historia del arte, para llevarle el almuerzo a Kim Kyo. Desde que no contesta ni los mensajes o llamadas de Yoongi a la hora del almuerzo, sé que ha estado ocupada en sus proyectos, que con ciencia cierta, sé que no ha comido. Aún no estábamos en finales, pero Kim Kyo era otra persona cuando se trataba de la pintura. Era como si su mente solo estuviera para lo que quería poner en el lienzo y nada más.
La nieve estaba próxima en derretirse, aunque aún eran días fríos. Casi resvalo por las escaleras que llevaban al taller de pintura, con suerte me sostuve del barandal. Dos escalones más y ya tenía la mano en la manija de la puerta. Tiré de ella.
―Kim Kyo, a que no sabes qué es lo que casi me... ―mis palabras se detuvieron cuando me di cuenta que ella no se encontraba a solas, sino que estaba con un chico al que yo desconocía.
Ella estaba con un chico igual de alto que yo, vestido con lo que parecía un traje carísimo. Tenía gafas de pasta gruesas y estaba sentado en el banco que siempre usaba yo cuando venía. Se veía inofensivo, a simple vista. Por lo menos. Mis ojos primero viajaron a Kim Kyo, para analizar su postura.
Se veía relajada, al parecer no sentía que el sujeto a su lado fuera una amenaza. Me relajó un poco. Solo un poquito.
Una sonrisa brillante apareció en los labios de Kim Kyo, algo que ya había notado siempre que me veía. Aunque la mueca cambió cuando me acerqué a ella y su mano golpeaba mi hombro.
―¡Idiota, deberías estar en clase!
Dejé la bolsa de la comida en la mesa de trabajo ―. Tú debiste ir a comer con nosotros y no lo hiciste.
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Hard to love | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
FanfictionA lo largo de mi vida, he conocido personas que solo me han utilizado para algo en concreto. Ya sea para prestarles dinero o porque necesitan a alguien que haga las cosas que ellos no quieren hacer. Me es difícil confiar en las personas, pensé que...