Chapter 32 ; opening sequence

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En la primer semana, pensé que las cosas serían dolorosas, pero que en cualquier momento Kim Kyo tocaría la puerta y yo sabía que le perdonaría en tan solo ver sus pequeños ojos

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En la primer semana, pensé que las cosas serían dolorosas, pero que en cualquier momento Kim Kyo tocaría la puerta y yo sabía que le perdonaría en tan solo ver sus pequeños ojos.

Para la tercer semana, yo aún mantenía esperanzas, pero ninguno de mis hermanos. Al final de esta, recibí la visita de mi madre, diciéndome que se había enterado de la noticia y al poco tiempo, mi padre se contactó conmigo diciendo que le había llegado una demanda.

En la cuarta semana entendí que no volvería.

Para la séptima semana, estaba trabajando junto con mi padre para poder entender la demanda y no perderla. ¿Daños y perjuicios? Sabía que mi madre estaba loca, pero no sabía qué tanto. También en esa semana supe cómo es que mi madre se había enterado que Kim Kyo y yo habíamos terminado. Su bufete era quien llevaba el caso.

Cuando me enteré de esto, pensé que tal vez ella había hecho lo que hizo porque mi madre la había manipulado. Así que la encaré y le pregunté seriamente si le había dicho algo. Su respuesta fue.

―Yo no dije nada, pero se nota que no tiene voz propia, porque cuando ese chico habló por ella: ella no lo corrigió.

Sabía que Kim Kyo era temerosa, se proyectaba como una persona sin miedos en la vida, pero la conocía tan bien. Tenía un corazón tan blandito, que me sorprendía que hubiera llegado tan lejos en la vida.

Ahora, mi vida se resumía en trabajo y peleas. Más peleas que trabajo.

Para la tercer semana, después de que se fue, me retaron a un combate. Al principio no tenía ánimos de ir, pero Yoongi hyung me convenció diciendo que podía desahogarme con alguien quien fuera gustozo de recibir mis golpes. Así que, eso hice.

Había ganado más músculo, había llenado de más tatuajes la manga y tenía ojeras en los ojos. Pero no me importaba, al día de hoy, dos meses después, me sentía más yo. Con un vacío en el pecho, pero más yo.

Me encontraba caminando hacia un restaurante para reunirme con mis hyungs, ensimismado en mis pensamientos acerca de Unholy. Hoy era nuestra reunión de comida para discutir acerca del caso de mi padre con mi madre. Cuando me pareció ver una cabellera castaña que tanto conocía.

Kim Kyo salía del restaurante vestida con algo que reflejaba su personalidad, un mono de color azul marino y pintura por todas partes. Su cabello iba suelto, lacio y con manchas de pintura. Podía ver que ha estado trabajando. Me quedé quieto por un segundo, intentando pensar si sería bueno acercarme para gritarle por haberse ido o quedarme aquí y verla desde la lejanía.

No iba sola, iba con un chico. Me habría enojado muchísimo más de no ser porque se encontraba con uno de sus hermanos, el menor de los tres: Taehyung y no con un chico cualquiera. En lugar de tener ropa como un traje, tenía ropa más normal, casi como la de Kyoki.

Había una pequeña sonrisa en sus labios carnosos cuando se dio la vuelta luego de abrir la puerta, demasiado orgullosa para que alguien sea cariñoso con ella.

No vinieron en mi dirección, lo cual era un alivio, en su lugar se fueron hacia el norte. Yo, por otro lado, pude sentir cómo me fallaban las piernas. Después de todo, aún la amaba y ella estaba de vuelta.

Después de que se haya ido, pensé que se había quedado en París. No había escuchado nada de ella, ni siquiera por mi madre que era su cliente. ¿Qué hacía con su hermano? Digo, no es que estuviera mal que estuviera con él, pero tenía entendido que no se llevaban bien. ¿Será que ahora la estuvieran obligando a llevarse bien? Joder, no sé a qué grado de manipulación habrían llegado con ella como para que finja de esa manera y la verdad, es que me enfermaba.

No era idiota, sabía que se había ido porque algo habrá pasado con su familia. Seguro que su padre le amenazó con quitarle el finiquito y su mensualidad, pero algo, dentro de mí me decía que probablemente ella me hubiera escogido por sobre todo ello. Me sentí pésimo cuando me di cuenta que no lo había hecho.

―Jungkookie, ¿qué pasó? ―me preguntó Geumjae hyung preocupado.

―Sí, hombre, parece que viste un fantasma ―continuó Yoongi hyung.

Pero yo no tuve la oportunidad de responder, pues, alguien se encontraba colgando un cuadro de una rosa. Esta parecía se sencillamente una rosa, sin embargo, el hecho de haber sido pintada con más tonalidades oscuras, me daba a entender un sentimiento completamente diferente.

No necesitaba ver la firma como para saber que se trataba de un trabajo suyo, porque yo, sabía, la conocía tan bien como que yo era Jeon Jungkook.

Me acerqué al chico que colgaba el cuadro.

―Disculpa, ¿conoces al artista de la pintura? ―le pregunté, llamando su atención.

―¿Kim Kyo? Joder, claro que sí. Tuve el gusto cuando vi su obra en una exposición en Haendo ―dijo con alegría ―. ¿No es increíble?

―¿Tú compaste este cuadro?

―Oh, no, no, no, Kim Kyo trabaja aquí ―sus ojos buscaron algo detrás de mí ―. Bueno, hoy fue su último día, es por eso que me ha regalado la pintura. ¿Te gusta su trabajo? 

Digamos que me encanta ella ―. Sí. 

―Guaaaaau, no sabía que fuera así de famosa ―sonrió ―. Sin duda alguna le diré que alguien ha venido a preguntar por su trabajo, ¿quieres dejarle un mensaje?

Asentí y tras escribir algo en una servilleta, se la di doblada. Me alegré cuando él no husmeó en ella en primera estancia. 

―Yo me encargo de dársela, no te preocupes, eh... ¿cuál es tu nombre? 

―Jungkook, Jeon Jungkook ―dije como si fuera una promesa. 


Hard to love | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora