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En la casa de los Sinclair, la pequeña y orgullosa Erica se encontraba dándole una nueva oportunidad a sus muñecas, cambiándole el color a su ropa. 

Escuchó unos golpes en la puerta, y aún molesta, camino hasta la entrada. Abrió la puerta de golpe, para poder ver a quien la persona que osaba de molestarla en un día tranquilo para ella.

—Hola—un rubio con una chaqueta de jugador de basquetbol de Hawkins, la saludó, sonriente.—¿Está Lucas?, es que íbamos a salir

—No.—contestó, tratando de cerrarle la puerta en la cara, pero la mano de Jason se lo impidió, abriendo la puerta de golpe.—Y vaya que bajo sus expectativas después de Max. 

—¿Tú eres la hermana de Lucas?

—Sí. Erica Sinclair.—contestó, seria. Levantó las cejas, esperando que el rubio continuará, explicando el porqué estaba en su casa.

—¿Y tú eres la que juega Calabozos y Dragones, cierto?—inquirió con interés. Erica asintió.—Entonces, ¿conoces a Dustin Henderson?

—¿Qué si lo conozco? Sangramos juntos.—dijo, y sin intención, reafirmó y reavivó su teoría sobre el culto de Eddie, en el que participaban activamente Dustin, y bueno, Erica.—Debe estar con tu novio infiel. Y cuando encuentres a Lucas, dile que llevo dos días cubriéndolo y cada día aumenta un 7.6% de interés. Otra semana de estas y me deberá un Nintendo. 

Erica le cerró la puerta en la cara, y a Jason no le quedo de otra mas que regresar a su camioneta. 

—¿Dónde esta Lucas?—preguntó Andy apenas entro Jason al auto. Ambos tenían moretones en el rostro, y aunque tenían ropa limpia y estaban bañados, el cuerpo les dolía. El maldito Billy Hargrove los había dejado adoloridos. 

—Eso vamos a averiguarlo.—encendió el auto y se dispuso a buscar por todo Hawkins, si era necesario, pero estaba seguro de que iba a encontrarlo.—Nos engañó. 

De otro lado de Hawkins, de vuelta a la casa de los Wheeler, se encontraban Steve, Billy, Lucas, Max y Dustin, leyendo los periódicos impresos de las pruebas que habían encontrado las otras tres chicas.

—No lo entiendo.—dijo Steve, confundido mirando el periódico, sin poder relacionar lo de Victor con lo que estaba pasando en la actualidad. Para él, no había relación. 

—Es sencillo. Todos murieron por la maldición de Vecna, excepto Victor. Es el único sobreviviente, tal vez sepa algo sobre como vencerlo.—Explicó, con desesperación. Odiaba tener que explicarle todo a Steve. 

—Sí, suponiendo que estaba maldito, lo cual no sabemos.—respondió Steve a la defensiva. Se toco la frente con estres.—¿Vecna existia en los años cincuentas?. No tiene sentido. 

—Eleven no creo el upside down, eso ya existia desde quien sabe cuando.—prosiguió Dustin, dandole una oportunidad y esperanza a la teoria de Nancy.—Tal vez incluso con los dinosaurios...—

—¿Dinosaurios?—cuestiono Steve, desesperado y frustrado. Quiso reír con ironía. Seguía sin tener sentido.

—Okay, okay, pero si existia en los cincuentas y Eleven abrió el portal, ¿cómo entró a esta dimension?—preguntó Lucas, despues de haber pensado bien la situación. 

Billy estaba viendo el periódico, sin ponerle atención a nadie realmente. Se sentía vacío, asustado, angustiado. No sabian contra qué o quién estaban luchando. Lo único que sabía era que Max estaba ahí, encerrada en el comedor de la casa, pensando que podía morir en cualquier momento. Y que él no sabía sí iba a poder hacer algo respecto a eso. Y eso le aterraba. No quería perder a su hermanita. 

—¿Y porque regreso ahora?—preguntó Billy, incorporandose a la conversacion.

—Si, es como, ¿mata a una familia y dice, "estoy bien" y desaparece?—dijo Steve con sarcasmo—No tiene sentido para mí. "Sencillo" un cajaro. Esto es una mentira, no lo compro. ¿Sabes qué, Henderson?, un poquito de humildad cada cierto tiempo no te vendría mal.

Dustin lo miró y volteó los ojos, ¿la humildad que tenía que ver con Victor Creel?

—¿Qué creen que este haciendo Max ahí adentro?—preguntó Billy de repente, interrupiendo por completo la inminente futura discusión entre Dustin y Steve

Todos se miraron unos a otros, sin saber que decir. Todos tenían miedo, y nadie quería perderla.

—Tenemos un plan—dijo Robin llegando con todos los demás. Billy sonrió inconscientemente al ver a la segunda Buckley cerca.—Una amiga de Nancy nos hizo pasar por estudiantes de psicología.

—Buen promedio—dijo Dustin viendo los falsos certificados de estudiantes—Él tuyo también, Rach

—Gracias—murmuraron ambas.

—Vamos a ver al director, y esperemos que nos deje ver a Victor.—continuó explicando Robin

—¿Estas segura de que iras a ver a ese loco?—murmuró Billy muy cerca del rostro de Rachel, sin querer que los demás lo vieran preocupado.

—Sí, es interesante. Y esperamos que nos diga algo que ayude a Max.—murmuró de vuelta. Billy tragó saliva con dificultad al recordar la ansiedad y el miedo que le daba perder a su hermana—Tienes que quedarte con ella, Billy. Todo el tiempo, ¿okay?.

El de cabellos dorados asintió, cabizbajo.

—Confío en ti, Billy. Y sé que vas a hacer todo por esa pelirroja, porque la quieres muchísimo. Y todo va a estar bien, sólo, concéntrate en ella.—lo tomó de las mejillas e hizo que la mirara a los ojos—Yo estaré bien, te lo prometo.

Rachel se acercó al rubio y le dio un corto beso en los labios, escuchando un "ew" por parte de Lucas, Robin y Dustin, escucharon las risas de Steve y de Nancy y solo los hicieron sonreír a mitad del beso, causando que Billy la apretara de la cintura y la besara más.

La segunda Buckley se acercó y depositó un par de besos en las mejillas de él. Observando con detalle las pecas alrededor de su nariz con mucha ternura.

Billy era precioso, cada detalle le parecía perfecto. Sus pecas, sus labios, su sonrisa, sus preciosos e intensos ojos, sus mejillas, incluso su risa burlona o cuando reía como un loco. Cada maldito detalle.

—Te veo luego, Billy.—murmuró, tocando levemente el puente de la nariz de el de cabellos dorados, para poder tocar sus pecas, que le daban un aspecto tierno a toda su rudeza, o al menos eso creía Rachel.

—Ten cuidado. Tú también, Robin.

La segunda Buckley asintió, riendo, con los ojos brillosos, al escucharlo incluir su preocupación por su hermana menor. Robin asintió y respondió con un "tú también".

—Sean cuidadosas—se despidió Steve de ellas, en general.

Robin asintió con el rostro serio. Tenía un horrible sentimiento sobre eso, ¿por qué no era específicamente con ella?

—Tengo que ir al baño, esperenme—dijo Robin, haciendo que las otras dos asintieran y la esperaran afuera de la casa.

Steve la vio pasar al baño y corrió detrás de ella, sin que nadie le pusiera verdadera atención, sin embargo, todos vieron que fue detrás de ella.

—Robin,—murmuró, tomándola de la muñeca y haciendola girar.—Ten cuidado, ¿okay?. No quiero que te pase nada.

Robin se mantuvo seria escuchándolo y asintió levemente, queriendo no ponerle atención a lo que le había dicho. Se sentía mal, ¿por qué parecía que no quería que Nancy supiera que pasó?. Estaba confundida, y en ese momento, nada se sentía bien respecto a Steve y ella.

—Ya sé que no hemos podido hablar, ni siquiera, pero... lo haremos, lo prometo—murmuró Harrington, cabizbajo, sabiendo que había cometido muchos errores en estos días, por Nancy.

Robin se giró a abrir la puerta del baño, pero Steve la hizo voltear de nuevo, jalándola de las manos con algo de brusquedad y besándola inmediatamente. Era como tierno, y delicado, pero al mismo tiempo, era triste, algo sobre él se sentía culpable.






Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora