15

3.7K 342 26
                                    

El día anterior había sido el más difícil para Rachel en años, se sentía emocionalmente agotada, solamente quería dejar de sentirse así. 

No tenía otra opción, tenía que convencer a Robin de irse con ella en estos dos meses y volver a iniciar toda su vida en Cali.

—¿A dónde vas?—preguntaron desde el interior de un auto, a unos cuantos metros de Buckley, quien giró a ver por la ventana del auto al conductor.

—Uhm... a Family Video

—Súbete, te llevo—dijo abriendo la puerta del copiloto desde dentro, Rachel miró la puerta y dudó unos segundos. No tenía ganas de caminar. Se subió sin decir nada más

—Gracias

—Entonces...—comenzó Billy, mirándola rápidamente antes de voltear al frente—¿Por qué estás aquí en Hawkins?

—¿A que te refieres?—no recordaba el haberle dicho sobre California, estaba bastante hundida en sus propios asuntos y en su vida personal que no le importaba hablar con Billy en ese momento.

Billy frunció el ceño levemente, pero estaba calmado, ya no tenía serios problemas con la ira, de hecho, estaba superandolo todo.

—¿Por qué dejaste California?, ¿no te gustó?

Rachel suspiró ante la pregunta, pensar en California la ponía sensible ahora.

—California es el lugar más bonito—contestó—Pienso regresar, Billy, no lo dejé.

—¿Cuándo vas a regresar?

Rachel lo miró atenta, parecía estar seriamente curioso e interesado ante ese tema. Y por primera vez en tres días, se tomó el tiempo para observarlo, de dejar de pensar en los problemas que tenía encima, y admirar la belleza de Billy Hargrove.

Aunque no estaba haciendo contacto visual con él, podía ver lo hermosos que eran sus ojos, eran una mezcla de azul y verde, tenía unas pestañas largas, sus labios se veían preciosos y su rostro daba una impresión de que era alguien rudo

La sonrisa arrogante de Billy la hizo reaccionar, él sabía que ella lo estaba viendo y sabía que era guapo. Su ego en ese momento era enorme, que Rachel, siendo una Buckley y siendo hermosa estuviera embobada viéndolo por unos segundos lo hacía sentir como un maldito rey.

—No lo sé, tal vez en dos meses—respondió Rachel, tratando de ignorar lo que recién había pasado y que el no mencionara que ella lo estaba viendo

—¿Dos meses?

Rachel asintió. Billy la miró e hizo una mueca; tenía dos meses para hacer que Rachel gritara su nombre de rodillas mientras le pedía que no la dejara. Y estaba seguro de que lo iba a lograr.

—¿Por qué te fuiste a California?

—Parece que tienes muchas preguntas—se burló Rachel, sin querer hablar del tema pero sin saber como decírselo. Al diablo, iba a ser directa—No quiero hablar de eso, Billy. Lo siento.

Billy asintió, entendiendo totalmente lo que ella le decía, a él tampoco le gustaba mencionar muchas cosas sobre su vida, o de ciertos momentos de la vida que fueron todo lo contrario a lo que le hubiera gustado que fueran.

—Oye, hay una... nueva pizzeria a unas cuadras de aquí—dijo Billy con su característica sonrisa en los labios, estacionado frente a Family Video y sin dejar de mirar a los ojos a la segunda Buckley.—¿Quieres ir?

—¿Cómo en una cita?—preguntó Rachel buscando una confirmación

Billy se tomó unos segundos en responder, normalmente siempre decía que no era una cita, pero Rachel parecía más difícil que el resto.

—Sí, como una cita

—Uh, sí, seguro—sonrió mirándolo y Billy creyó que no iba a poder sacar de su mente esa preciosa sonrisa. En todas las veces que la había visto, nunca la había visto sonreírle así

—Paso por ti. Ocho en punto.

Rachel asintió y salió del auto, cerrando la puerta detrás de ella, le dijo adiós con la mano al mismo tiempo que le agradecía por haberla llevado y camino en dirección al local, sin mirar atrás ni una sola vez. Eso hizo sonreír a Billy, era como un reto, era alguien difícil y ahora mismo resultaba ser un amante de los retos.

Algo en ella lo atraía en una forma que nadie más lo hacía, al principio pensó que "estaba buena" y de la cara era preciosa, pero habían muchas chicas así, no se impresionaba. Pero ahora, se sentía diferente, no impresionado pero sí distinto. Algo en él no podía dejar de sentirse extrañamente e increíblemente atraído por ella. No podía dejar de relacionarla en todo lo que hacía, estaba inundando su mente con ella.

Encendió el auto antes de verla entrar al local y fue directo al trabajo. Ahora tenía una cita con Rachel Buckley y no pensaba fallar en las expectativas.

Por otro lado, Rachel nunca entro al local en el que trabajaba su hermana junto a su mejor amigo. Rachel no iba a Family Video, había mentido un poco, pero nada grave. Iba a cinco locales atrás, una tienda de música, vendían tocadiscos, walkman, cuadros de artistas, era un lugar precioso, con las paredes beige y la música del momento sonando por todo el lugar todo el día y lo más importante; que estaba buscando una nueva empleada y casualmente, Rachel era todo lo que buscaban en una.

La entrevista para el empleo duró quince minutos y en esos quince minutos, la chica llamada Jane McCain le había dado el empleo, se habían caído bien y el perfil laboral de Rachel hablaba por sí sólo.

—Felicidades, Rachel.—le extendió la mano y Rachel la tomó—Empiezas mañana, ten una llave del lugar, de ocho am a cinco pm. Cualquier cosa que necesites, mi número esta anotado en el mostrador.

—Muchas gracias, Jane.—le sonrió agradecida—Te veo luego.

Jane sonrió y asintió, haciendo que Rachel saliera del lugar ya con una sonrisa en el rostro y un empleo que parecía que le iba a gustar por los próximos dos meses.

Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora