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—¿Y por eso reaccionaste de esa forma?—preguntó Erica, con el ceño fruncido y aquella mirada desaprobatoria que tenía usualmente. 

Los ojos azules se clavaron en ella fijamente, causando, por primera vez, que se sintiera nerviosa. El rubio hizo una mueca, regreso la vista al frente y aspiro por la nariz con aquella brusquedad con la que acostumbraba a hacer prácticamente todo.

—Sí, pero ¿cómo debía de reaccionar?, ¿felicitarlos?—alzó las cejas y volvió a mirarla. Suspiró, dándose cuenta que le estaba contando todo a una menor de edad y que si Rachel hubiera estado ahí, no le hubiera gustado eso, porque Erica era una niña como para saber aquellas cosas.

Erica chasqueo la lengua y se cruzo de brazos mientras pensaba en cómo debió de haber sido. Estaba nerviosa, Billy la ponía muy nerviosa, sus preciosos ojos azules la dejaban sin aliento cuando se fijaban en ella, y podría jurar qué aquella sonrisa sería la más hermosa que vería en toda su vida. Sí de algo envidiaba a Rachel, era en su novio, o su ex novio, aún no estaba clara aquella situación. Trago con dificultad mientras pensaba en que era muy chica para él y no debería ni podría decir o hacer algo.

Erica Sinclair era demasiado directa, no le tenía miedo a nada ni a nadie, y podía tener todo lo que quisiera, pero a ese hombre, no podría tenerlo nunca. Ese hombre sería para siempre, su amor secreto, y es que casi qué era prohibido. Su hermano salía con su hermana, él estaba hundido en el aroma de Rachel y perdido en sus ojos, él estaba enamorado de aquella Buckley, y la pequeña Sinclair era menor de edad. Sabía que Billy la veía como una niña, y que eso probablemente nunca iba a cambiar. Así que se resignó ante eso.

—Yo creo que fuiste un idiota—lo miró fijamente—Es la verdad. Pero, creo que entiendo porqué reaccionaste así. Apuesto que sueñas con Rachel todos los días y dices su nombre mientras duermes, cómo Lucas cuando dice Max

—¿Cuándo Lucas qué?—cuestionó Billy, luciendo inexpresivo, a un segundo de cambiar aquello por una mandíbula apretada y las manos en puño. Erica levantó las cejas, dándose cuenta que había metido la pata con ello, que estaba poniendo en riesgo a su hermano por algo que debió haber sido secreto de hermanos.

—Lo quiero decir, es que estás aquí, en un parque en lugar de estar en el upside down con Rachel.—habló de inmediato, tratando de decirle algo que lo distrajera y lo hiciera dejar de pensar en aquello qué había dicho antes. Y aparentemente había funcionado.

—Bueno, estoy cuidando a Max aquí.

—¿Lo estás?—cuestionó con las cejas alzadas, mirándolo fijamente, sintiendo como quería dejar de hablar y quedarse mirándolo ahí.—Porqué no estás con ella, Lucas está cuidándola. Tú solo estas cumpliendo el plan

Billy se quedó pensando unos instantes. Era cierto, estaba ahí por Max pero ni siquiera estaba con ella, y siendo sinceros, Max corría menos peligro ahí qué los demás en el upside down. Además, Steve le había dicho que Rachel iba a quedarse con Eddie y Dustin en el plan, y eso tampoco lo alegraba.

No sabía que hacer, no quería dejar a su hermana ahí sin asegurarse qué iba a estar bien pero tampoco quería dejar a los demás sin ayuda, a Rachel, sin saber que estaba pasando con ellos o sí estaban en problemas.

—Puedes ir, Billy. Los Sinclair vamos a hacernos cargo de Max, y vamos a cuidarla. Lo prometo.—Erica le sonrió. Quizá la única sonrisa sincera qué haya dado en meses, pero era por ser él.

—Tienes razón, debería ir con ellos.—dió un par de pasos al frente, hacia la casa y luego se detuvo. Giró levemente, lo suficiente para poder ver a la menor y le sonrió un poco. Erica sintió cómo los ojos le brillaron y la sonrisa se agrandaba. No había hombre más guapo que ese hombre.—Y gracias por eso, Sinclair.

Billy caminó hasta la casa, con aquella forma de caminar qué solamente hacía qué todas giraran a mirarlo. Rachel solía hacerle burla con eso aunque también admitía qué le encantaba verlo caminar. Hasta su forma de caminar era atractiva. Podías oler la testosterona qué éste hombre emanaba. Billy era impresionante.

Abrió la puerta de golpe, sin tocar y sin dudar. Y dirigió su vista directamente a su hermana y Lucas, quiénes estaban muy cerca, estaban a punto de besarse antes de que escucharan la puerta. Se habían alejado de golpe y estaban nerviosos mirando al rubio, quién se mantuvo inexpresivo, dándole una impresión de que podía matar a Lucas en ese preciso momento. Lo miró, con aquellos intensos ojos qué reflejaban qué no le había gustado ver aquello.

—No quiero saber qué mierda estaban haciendo.—habló firme—Pero creo que haberles dicho, claramente, que no quería que hicieran nada más que hablar.

—Estábamos hablando, Billy—replicó Max

—¿Hablando?. No soy estúpido, Max.

—Tú hablas con Rachel así, ah no, de hecho, hablan de otra forma más íntima, ¿no es así?—alzó las cejas y lo miró, cómo si lo retara a decir algo más. Le daba pena qué estuviera reclamandole eso frente a Lucas, así que había sacado aquello de baúl de los recuerdos y amenazas para su hermano. Aquella vez que dijo que "iba a hablar con Rachel" y un rato después, los escuchó "hablando".

—Cállate, Max.—miró a Lucas de nuevo y levantó el dedo índice, cómo si lo señalara, y amenazara sin decir una palabra. Lucas lo entendió y asintió, sin decir nada más.—Erica cree que debería con los otros, para asegurarme de que estén bien.

Max y Lucas se relajaron y ambos lo miraron. Max relajó la mirada y ahora sus ojos solamente reflejaban preocupación por su hermano, junto con una mezcla extraña de ternura y ganas de abrazarlo.

—Yo también creo que deberías ir. Rachel no está muy segura tampoco, recuerda lo que le paso la vez pasada en el portal.—comentó y Lucas asintió en forma de apoyar la moción. El rubio la miró, con los ojos preocupados, aquellos ojos de cachorro que podía ver una vez al año.—Voy a estar bien, Billy. Debes ir, y cuando maten a ese infeliz, voy a estar aquí.

Billy se pasó las manos por la cara, con brusquedad. No sabia que hacer, sentía que estaba escogiendo quién era más importante para él, pero no quería que le pasara nada a ninguna de las dos.

—Yo voy a cuidarla, Billy. Lo prometo, ella va a estar bien hasta que regreses.

—¿Seguros?—preguntó.—Sí creen que es mejor que me quedé, lo haré.

—Ve, Billy. Es más peligroso el upside down, y yo tengo a Kate Bush aquí.—le dió un golpesito a los auriculares.

Vio a su hermano aún indeciso, sin querer decir nada. Se puso de pie y caminó hasta él, rodeandolo con sus brazos.

—Ve a cuidar de Rachel, Billy. Haz sido un buen hermano y, te prometo, que ella necesita más allá qué yo aquí. Vamos a estar bien.—le susurró. Billy cerró los ojos con fuerza un momento. Asintió y exhaló. Era cierto, su hermana iba a estar bien, y Rachel también.

—Te quiero, Max.

—Te quiero más, Billy.

—Me tengo que ir, y Sinclair—lo señaló—más te vale que la cuides con tu vida.

Lucas asintió ante eso, con una leve sonrisa. Billy le dedicó una última mirada a su hermanita y salió de la casa, cerrando la puerta por detrás. Miró a Erica y se despidió de ella con la mano, mientras se convencía a sí mismo que ellos tres iban a estar bien.

Tenía un mal presentimiento, pero no sabía sí era por Max, o por Rachel, pero de ninguna forma le gustaba.

Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora