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—¡Feliz cumpleaños a ti!—gritó Robin y se puso de pie para ser la primera en abrazar a la cumpleañera. La rodeó con fuerzas y la apretó. Sonrió y susurró—Feliz cumpleaños a la mejor hermana en el mundo

—Muchas gracias, Robin. Te amo

Se alejaron un poco y sonrieron, con aquella complicidad qué sólo dos hermanas podrían tener.

—Sal del camino, sigo yo—escuchó a Emma Buckley quejarse y Robin se quitó después de hacer un gesto. Emma abrazó a su hija mayor, con suavidad y delicadeza, moviendo la mano de arriba a abajo en su espalda—Feliz cumpleaños, Rachel. Gracias por nunca darte por vencida conmigo. Te amo

Rachel sonrió con cierta melancolía al escuchar aquellas palabras. Tal vez se había ido a otro estado durante mucho tiempo, pero siempre tuvo la esperanza de poder ver y hablar con su madre de nuevo, y de que ésta cambiaría. Y ahora, lo que en ese entonces parecía imposible, era real.

—Te amo, mamá.

Emma se quitó, dejando que la pequeña fila de personas que esperaban su turno para poder saludar y felicitar a Rachel, avanzará.

Recordó a Eddie, y pensó en la sonrisa que tendría el de cabello largo sí hubiera visto aquel abrazó entre su mamá y ella. Era increíble que ya hayan pasado dos años desde que Munson no estaba con ellos. Le hubiera gustado ver lo alto que Dustin estaba ahora y cómo seguía siendo el mismo Henderson qué prometió nunca cambiar.

Rachel sonrió grande, era genuina y feliz, esos eran los sentimientos y emociones qué sentía al ver al rubio. Se acercó a ella, con una sonrisa dulce en el rostro y la abrazó, con fuerza pero sin querer lastimarla. Le dio un beso dulce en la cabeza y la miró en cuánto ella levantó la vista.

—Feliz cumpleaños, corazón.—le dio un beso corto en los labios y murmuró—De verdad te amo, Rach.

—Te amo más, Billy

Y se puso de puntillas para poder darle un beso en los labios. Rachel creía que no habían labios más bonitos qué los de él, o unas pecas más bonitas, o unos ojos más preciosos, o una sonrisa más hermosa que la de él. Para Rachel no había nadie mejor que Billy y para él no había nadie más perfecto qué Rachel.

Después vino Dustin, con un abrazo fuerte, tan fuerte qué Rachel sintió qué no podía respirar. Estas últimas dos semanas se había estado sintiendo mal, cómo enferma, y vomitaba demasiado, además de tener mareos, pero lo relacionaba con una enfermedad, no era la primera vez que se sentía así y resultaba ser una especie de resfriado.

Aunque Robin le había insistido en que se hiciera una prueba de embarazo qué Rachel rechazó. Su hermana menor incluso fue a la farmacia y compró dos de éstas, y esperaba que Rachel aceptará hacérselas y poder descartar aquello, o en su caso, saber qué harían.

No lo malinterpreten, Robin definitivamente quería un sobrino, quería un o una pequeña Rachel corriendo por toda la casa y ella detrás de él. Quería que su hermana fuera feliz, que tuviera la familia que siempre quiso y con quién todos sabían qué amaba. Sabía que Billy quería un bebé, lo había expresado varias veces desde hace meses, y solía bromear con eso, con que Rachel estaba embarazada o con qué iba a embarazarla, pero solamente era él manifestando su deseo de ser papá junto a ella. Y no lo culpaba, Robin sabía que su hermana iba a ser la mejor mamá del mundo cuándo el momento llegara.

El abrazo de Steve fue más suave pero igual con mucho cariño, ambos eran muy buenos amigos desde hace un tiempo y solían verse muy seguido, por Robin. Harrington y Hargrove eran un poco más unidos, ya se tomaban un par de cervezas juntos mientras veían un estúpido partido de basquetbol o fútbol, o cualquier deporte qué estuviera en vivo. Harrington, Hargrove y Henderson, H, H y H, eran los más unidos respecto a los menores, y por supuesto que bromeaban todo el tiempo por la triple H.

Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora