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En la otra punta de Hawkins, Jason se encontraba interrumpiendo al alguacil, estaba insertando miedo en todo el pueblo, estaba proyectando sus miedos a todos, y lo peor es que todos le estaban creyendo.

Repartió unas copias de lo que era el Hellfire club y de todos los integrantes en él, pidiéndole a todo Hawkins que los buscara, a cualquiera de ellos.

Los señores Wheeler, Sinclair y la señora Henderson estaban ahí, y no podían creer lo que escuchaban y veían. Sabían que sus hijos no eran como Jason decía que eran o lo que hacían, pero ahora, cada alma en Hawkins quería sus cabezas rodando por el piso.

—¿A quién está llamando?—preguntó Erica, mirando a Karen Wheeler tener una crisis ansiosa mientras tomaba el teléfono

—A la policía.

—Eddie—murmuró Rachel acercándose al mencionado con un ligero trote, y rodeándolo con los brazos—Que bueno que estás bien

—Rach—murmuró, cerrando los ojos al sentir los brazos de la mencionada en su espalda, y rodeándola con los suyos, aún con más fuerza. Dio un largo y profundo respiro, para poder aspirar su aroma, y su olor se mezclaba con el de Billy, lo que lo hizo volver a la realidad,—De verdad extrañaba esto, a ti

Rachel se separó lentamente al escuchar aquello y le sonrió un poco. No estaba incómoda, solamente no quería que las cosas se malinterpretaran para nadie.

—¿Dónde mierda estaban?, debimos irnos desde hace tiempo y ustedes no llegaban, estábamos...—Henderson comenzó a reclamar algo que ninguno quería escuchar.

—Sólo cuéntales el plan, Henderson—lo interrumpió Steve, causando que el de gorra soltara un fuerte y fastidiado resoplido.

—Nos dimos cuenta de que la brújula estaba desviandose, y lo único que puede causarlo es un imán gigante o,—miró a los demás, y luego regreso la vista a Rachel y Billy—Un portal.

—¿Vamos a buscar a Vecna?—preguntó Rachel, solamente buscando una confirmación. La piel se le erizo y sintió escalofríos con tan solo pensarlo, recordó su sueño, el lugar tan oscuro y frío en el que estaba, y el sentimiento de estar atrapada y aterrada.

—Sí, y vamos a matarlo—dijo Robin, con una sonrisa—Y no es un vampiro, no hagan preguntas estúpidas como Harrington

Todos los presentes alzaron las cejas sorprendidos y ahogaron una sonrisa. Robin estaba muy molesta con Steve todavía y era demasiado obvio.

—¿Y el plan es seguir hasta dónde la brújula lo indique, no?—cuestionó Rachel de nuevo, tratando de entender absolutamente todo y, de quitar la tensión del lugar después de aquel comentario de su hermana, por supuesto.

—Exacto, mi querida Rachel—dijo Dustin sonriendole con cariño. Eddie carraspeó ante esto y todos giraron a mirarlo

—¿Qué?—contestó al sentir la mirada de todos sobre él, especialmente la mirada de Billy, que parecía querer arrancarle el cuello

Rachel sintió la mano de Billy en su cintura, y su hombro topando con el suyo, y no dijo ni hizo nada. Eddie frunció la nariz levemente al darse cuenta de esto, al ver a Billy tocándola, era como si la reclamara como suya.

Y aunque pensó que eso lo hacían los malditos animales, él desearía poder reclamarla como suya en esos momentos. Lamio sus labios y miró para otro lado.

—Vámonos, Mordor nos espera—dijo Dustin, haciendo una referencia al juego de Calabozos y Dragones, que sin saberlo, el pueblo de Hawkins lo relacionaba con satanismo.

Comenzaron a caminar, y Rachel se acercó a Robin y entrelazó sus brazos, y después saludo a Nancy con un cálido "hola"

—Estuviste pérdida un buen rato,—dijo Robin, subiendo y bajando las cejas repetidamente, con una sonrisa burlona, causando que Rachel y Nancy rieran—Y ahora hasta te brillan los ojos. No sé que tenga Billy tenga allí abajo pero parece que te mantendrá feliz toda la semana

—Cállate, Robin—dijo riendo con pena y Nancy sonreía con gracia y negaba con la cabeza

—Me alegra que estén aquí, es... divertido estar con ustedes—dijo Nancy en un murmuro, con algo de vergüenza por admitirlo

—Hey, no te preocupes—habló Robin mirándola—Rach y yo ya te consideramos una amiga, Nance

—Tal vez cuando esto acabe, podríamos, no sé, salir las tres a algun lado—dijo Rachel, alzando los hombros—Siempre existe la posibilidad de ir a California por unos días, ¿no, Robin?

—¿California?,—Nancy frunció el ceño con interés y confusión—¿Eres de ahí?

—No, pero viví ahí, quiero decir, sigo viviendo ahí—se corrigió, recordando su hogar por un momento. Lo echaba de menos, la comodidad, el calor y la playa de California, era todo lo contrario a Hawkins, pero tampoco se arrepentía de haber venido.

—¿Entonces sólo vamos a seguir a Henderson?—preguntó Billy, específicamente a Steve, quién asintió con una mueca

—¿Por qué?, ¿no confías en él?—contestó Eddie—¿Acaso confías en alguien?, ¿o alguno de nosotros confía en ti?

Billy lo miró, con las cejas levemente fruncidas y la mirada tan intensa, que solamente daba a entender que empezaba a molestarse, todo el rostro serio. Steve iba en medio de los dos y pudo sentir como el ambiente se tensaba y sabía que algo malo iba a suceder en cualquier momento

Billy aspiró por la nariz y miró al frente, a Rachel caminando frente a él, y luego miró a Eddie:—Rachel confía en mí.

Y le sonrió, con todo el coraje convertido en burla, haciendo que Eddie maldiciera por lo bajo, apretaba los labios con enojo, ¿pero que podía hacer?, él era un hombre buscado, estaban en una situación difícil, y no quería arruinar más nada para todos. Suficiente era con que lo estuvieran ayudando. Steve se mantuvo serio, pero suspiró, aliviado porque no pasó a más pero sabiendo que iba a ser algo recurrente.

Billy se adelantó, dándole una palmada leve en el trasero a Rachel cuando pasó por su lado, y dándole una sonrisa coqueta en cuanto ésta lo miró con rapidez, devolviendole una sonrisa divertida y negando al mismo tiempo, para luego mirar a su hermana y a Wheeler.

Eddie miró todo el momento, y solamente se sintió peor. Miró al piso y Steve sintió la necesidad de decir algo, pero tampoco sentía favoritismo por Eddie, no lo conocía, y prefirió quedarse callado. Billy supo que el de cabello largo había visto todo, y eso era parte de la intención con la que lo había hecho.

El rubio camino hasta llegar con su hermana, Sinclair y Henderson.

—¿Cómo te sientes?—le preguntó a la pelirroja, dándole una sonrisa cálida y un pequeño codazo. Max sonrió con felicidad al verlo ahí

—Estoy bien, y creo que estoy a salvo, por ahora—dijo y señaló los auriculares en su cuello. Billy asintió y luego miró a Lucas, que no dejaba de verlo desde que llegó con ellos. Billy seguía dándole miedo

—¿Qué dices tú, Lucas?, ¿Estás bien?—cuestionó, haciendo que los tres menores se sorprendieran por ello.

—Eso creo. Gracias—le sonrió sin mostrar los dientes—¿Y tú, Billy?

—Estoy bien—dijo firme, para que nadie supiera que seguía muerto de miedo por dentro. No quería cruzar al upside down, no quería volver a estar ahí, y ahora físicamente, y tampoco quería que le pasara algo a Max—El otro chico, la última víctima, era de los que estaban el otro día ahí, ¿no?, los de basquetbol

Lucas sabía que se refería al día en el que fue a ayudarlo y prácticamente salvarlo de aquellos tres. Miró el suelo con tristeza y asintió.

Billy quiso decir que lo sentía, porque sabía que Lucas lo había considerado un amigo a pesar de todo, y que ahora solamente sabía que había tenido una muerte horrible, pero no pudo. Se quedó callado, sabiendo que debía decirle algo, pero sin la fuerza para hacerlo.

Seguía mejorando, pero aún no era el William Hargrove que quería llegar a ser.

Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora