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—Entonces, ¿tú eres el novio de Rachel?

Billy alzó la cabeza, para mirar un segundo a la mencionada y después desviar la mirada hasta el otro lado, a la persona que había hecho la pregunta; a Emma Buckley.

—Uh, sí señora.—habló, con respeto y sonando tranquilo. Rachel y Robin estaban sorprendidas por aquello, y también querían reírse.

—Tengo que admitir qué ya tenía ganas de conocerte personalmente.—siguió. Lo había visto un par de veces y siempre la saludaba cuando llegaba a casa por Rachel, pero por el trabajo de Emma, no le daba tiempo o simplemente nunca estaba—Y tengo que agradecerte porque, Rachel no había salido de cama por días y tu fuiste el que la hizo estar aquí, cenando con nosotras.

Miró a Rachel y sonrió, con aquella sonrisa de mamá orgullosa y amorosa, aquella mirada qué siempre estaba en el rostro de Emma antes de la muerte de Bradley, a quién siempre lo recordaría como el amor de su vida.

—No hay de qué, señora. Yo también quería que Rachel estuviera mejor—la miró y sonrió, cómo si estuviera viendo lo más preciado qué tenía en la vida.

—Bueno,—comenzó Emma, en cuánto todos terminaron de cenar—Creo que ya es algo tarde

—Bueno, supongo que ya me voy—dijo Billy, después de entender la indirecta qué Emma Buckley había dicho. Miró a Rachel y ésta le sonrió con algo de pena y burla.

—Te acompaño al auto—se ofreció Rachel y se puso de pie, al igual que Billy

—Un gusto, señora Buckley—le dio la mano y Emma sonrió y asintió, con aprobación y agradecimiento

—Dime Emma, sin formalidades

Billy sonrio y asintió—Adiós, Robin

—Adiós, Billy. Nos vemos mañana—le sonrió y se despidió de él con la mano. Billy les sonrió de vuelta y asintió, en una forma de despedirse. Rachel lo esperaba unos pasos atrás y se adelantó en cuánto lo vio caminar hacia su dirección.

Se detuvo en la puerta, observando qué ni su hermana ni su mamá se asomaran. Sabía que su mamá estaba feliz de finalmente conocer a Billy.

—Hola—miró en cuánto lo vio a dos pasos de ella, le sonrió, mostrando lo tan enamorada qué estaba de él.

—Hola—respondió de la misma manera, sin poder evitar sonreír de la misma forma, aunque sin perder aquel toque coqueto qué siempre lo había y lo iba a caracterizar toda la vida.

—¿Y qué piensas?

—¿Sobre tu mamá?—alzó las cejas en cuánto la vio asentir. Miró al techo, hizo una mueca divertida y sonrió con algo de burla—Creo que ya me ama

Rachel rio sutilmente y le dio un golpecito leve en el hombro, para que Billy se lo tomará en serio.

—Creo que tenía muchas ganas de conocerla, desde que la vi en las hamburguesas de Bob, cuando estaban ustedes y Steve...—alzó los hombros, luciendo algo inocente apropósito—Ya sabes, porque es el novio de tu hermana...

—Ah, ¿lo dices porque estas celoso?—se burló y dio un paso más cerca de él—¿Es cómo un reclamo porque salimos a comer con Steve?—alzó las cejas—¿No es lo mismo que hiciste hoy?

—Pues sí pero, estaba pensando, en que podríamos ir a las hamburguesas de Bob, ahora todos juntos—sonrió y subió las manos hasta sus brazos, acariciandolos con suavidad—Ya sabes, para pasar más tiempos juntos y conocer a tu familia

—Tal vez—se acercó un poco más a su rostro, para quedar a unos centímetros de distancia. La tensión entre ambos creció, y solamente querían besarse. Era increíble como aún después del tiempo que tenían juntos, seguían teniendo esa tensión cada que querían crearla, en parte por las personalidades coquetas qué ambos tenían.—Dame un beso

Rachel Buckley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora