ENTRE TUS CADENAS

★CAPÍTULO DIECIOCHO★

★LIAM★

La tarde llegó Esteban se despidió de mí con un húmedo beso donde su lengua se movía rápidamente.

— M-me tengo que ir.

— Maldita sea unos minutos mas. — Se vuelve apoderar de mi boca dejándome mordiscos en el labio.

Lo separó para darle un pequeño beso en los labios lo cual me corresponde, decido irme con una sonrisa muy notoria lo cual está desaparece a medida que daba cada paso recordando que soy un blanco fácil de secuestrar o algo peor.

El frío viento invade mi cuerpo haciendo que todo se vuelva peor.

«no debí salir sin guardaespaldas»

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Después de minutos de tortura Al fin logre llegar ala mansión donde pude respirar tranquilamente.

— Llegas tarde. — La gruesa voz de Adam me hace estremecer haciendo que de un pequeño salto.

— A ti que te importa.

— ¿Que mierda tienes ahí? — Me agarra del cuello mientras que su otra mano me aparta la camisa dejando ver unos chupetones.

— Su-sueltame m-me duele — Me intento apartar pero me agarra más fuerte haciendo que me falte el aire.

— Ese hijo de perra.

— A-adam n-no puedo r-respirar.

Me suelta con brusquedad mirandome con mala cara mientras que su mandíbula pareciera que se fuera a partir.

— ¿A donde vas? — Pregunto agitado.

— A matar a ese imbécil.

Veo como saca su arma para quitarle el seguro y abrir la gran puerta.

— ¡Estas loco! — Le reclamo. — ¡¿Como putas vas a matar a Esteban?!

— Con tres tiros ala cabeza.

«Definitivamente se volvió loco»

Le agarró del brazo para impedir que este hombre cometa una locura.

— ¡El no me tocó imbécil! — Empiezo— ¡Solo me beso dejándome esos chupetones maldita sea,eres mi guardaespaldas no un puto asesino!

— Oh cariño no te preocupes ahora solo le voy a volar esa boca.

— Por favor no cometas una locura.

Adam se acerca quitarme las lágrimas que empiezan a caer por mis mejillas como cascada.

me agarra la cara para besarme como si no hubiera un mañana.

— No le haré nada a ese idiota. — Hubo un Pequeño silencio. — Por ahora.

Intento responder pero me vuelve a besar mordiendo donde ya Esteban había mordido anteriormente.

Nos separa un pequeño hilo de saliva el cual se rompe cuando trato de irme con los ojos hinchados pero éste no me deja ir.

— Dilo di me prefieres antes que ese infeliz. — Me intenta besar pero no lo logra.

— No diré nada

— Carajo dilo di que sabes que soy mejor que te follo mejor que...

— Pues ya no es así lo siento. — Lo interrumpo para darme la vuelta e irme a mi habitación.

Las lágrimas son imposibles de evitar la rabia me consume haciendo que tiré todo lo de mi habitación.

Busco mi teléfono para llamar a lisa pero está no me contestas así que decido dejarle un mensaje que tampoco responde.