★CAPÍTULO VEINTICUATRO★

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LIAM

Al salir de la ducha me acerqué al cajon de ropa donde me decidí por un pantalón azul qué me llegaba dos dedos arriba de la rodilla y una camiseta blanca con unos zapatos algo cencillo para comenzar el día.

Agarre mi teléfono que se encontraba en mi cama para mirar la hora que indicaban las siete cincuenta.

Adam aún seguía en la ducha así que decidí adelantarme y guardar mi teléfono en el bolsillo derecho derecho de mi pantalón para salir de la habitación.

En el camino al comedor principal me encontré con un guardaespaldas tomando un refresco me dedico una sonrisa mientras que me daba los buenos días para seguir su camino.

Lisa y Emelie se encontraban hablando hasta qué me vieron llegar y me dijeron donde sentarme para seguir con la charla.

— Mi rayito de sol ¿Como se encuentra Esteb? — Dice Emelie a mi lado con una sonrisa mientras que sus manos enrollan una taza con algo que no logro comprender que es.

— No lo se. — Digo acogiéndome de hombros.

— Deberías ir haber cómo se encuentra. — Habla Lisa llevando una tostada con mermelada a su boca

Pongo una mueca.

tengo mucha hambre y solo quiero desayunar tranquilo pero no sé va  poder me levanto del comedor con algo de pereza para ir hacia la habitación de Esteb.

A lo lejos pude ver a Adam ya vestido con su traje hablando con otros guardaespaldas pero analizando la situación se nota que está finjiendo que le interesa la conversación y solo quiere mandarlos ala verga e irse.

Suelto una risita al verlo tan aburrido pero lastimosamente tengo que seguir mi camino y ver cómo se encuentra Esteb.

— Toc toc  — Digo asomando mi cabeza en la puerta para ver a Esteb con su teléfono.

— Pasa. — Me sonríe cálidamente dejando su móvil aún lado

— ¿Como te encuentras hoy?

Digo entrando a la habitacion y sentándome sentándome aún lado de la cama.

— Mucho mejor ahora.

— Me alegra saber eso. — Mis ojos se dirigen hacia la cama donde veo un pequeño trozo de tostada y lo miro confundido. — ¿Comités algo?

— Si estaba delicioso,aún no me acostumbro a comer comida casera

— No creo que tú comida sea tan mala.

— Oh,créeme se me quema hasta el agua.

Suelto una risita al escuchar eso no puedo creer que de verdad su comida sea tan mala.

— No lo puedo creer.

— Creelo,nunca aprendí a cocinar siempre pido una pizza o voy a un restaurante.

— Sabes que,está noche pedirle que te preparen algo delicioso. — Digo emocionado.

— Lo espero con ansias.

Siento que olvidó algo pero...

— Esteb ¿Ya tomaste tu medicamentos?

Era eso casi lo olvido.

— Ya se acabaron. — Me muestra una cajita roja para empezar a moverla de un lado a otro para comprobar que si está vacia.

— Deberia ir a comprar mas.

— No creo que sea necesario.

— Yo si lo creo.

Me levanto de la cama para dirigirme hacia la puerta.

ENTRE TUS CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora