★CAPITULO SESENTA TRES★

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LIAM

Mis ojos se abrían con pesadez en un lugar claramente incómodo

Al analizar un poco más me doy cuenta que estoy acostado en el sofa con una sábana encima

Lo primero que hago es agarrar mi teléfono que se encontraba a mi lado

— Joven Smith —  Erick aparece con una sonrisa dando una pequeña reverencia

— hola, Erick — me siento en el borde del sofa déjando mi teléfono sobre mis piernas —¿y Esteban?

— se tuvo que ir Joven

Asiento levemente y dirijo mis ojos a mi teléfono que empieza a sonar en mis piernas mostrando el nombre de Aníbal

— hola, Aníbal — digo con el teléfono ya en mi oreja

carajos Liam por qué no respondias

lo siento me había quedado dormido

— está bien, pero ven al hospital lo más rápido posible

— que sucede

Adam desperto

!QUEE! en unos minutos estoy allá

Cuelgo la llamada para ir hacia la puerta casi corriendo

Minutos después me encontraba en el hospital llendo hacia la sala de espera donde puedo ver a Benjamín tomando un café

— Y Adam — pregunto agitado

— hola Liam, también, estoy bien gracias.

— lo siento pero....

— no te preocupes, — le da un sorbo a su café — puedes ir ala a su habitación

Asiento para correr hacia la habitación de Adam y abrir la puerta de golpe

— Liam.....

No aguanto las ganas y voy hacia el dándole un fuerte abrazo que lo hace soltar un pequeño quejido de dolor

— te extrañe tanto — digo con mis ojos algo cristalizados

— también yo — me corresponde el abrazado dándome un pequeño beso en la mejilla

— que bonita reconciliación — escucho la voz de Iván a mis espaldas haciéndo que me aleje de Adam para mirarlo

Este traía su bata mal acomodada con sus labios rojos como un mismo payaso

— no quiero saber qué hiciste con Angelina — dice Adam poniendo cara de asco

— angelina ¿Tu secretaria? — pregunto confundido

— Esa misma — contesta ivan con una sonrisa

— ¿que hacia aquí?

— Al parecer no podía satifacerse sola — habla adam como si no fuera nada importante — por eso vino a ver a Iván

— ¡Oye! — se queja Iván — eso no es verdad

Me siento en el borde de la cáma echandole una corta mirada a Adam

— bueno solo vine a decirte que tus exámenes están bien — suspira — solo tienes unas heridas que tendremos que sanar

— ¿son graves? — pregunto preocupado

— para nada — se da media vuelta hasta ir ala puerta — nos vemos en una hora

Se va dejandome a solas con Adam.

ENTRE TUS CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora