★CAPITULO CUARENTA TRES★

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LIAM

Ala mañana siguiente mis mejillas estaban sonrojadas y mis ojos estaban hinchados de tanto llorar. Adam había cumplido su promesa de no dejarme solo en ningún momento, incluso decidió no ir ala empresa pese a las amenazas de Benjamín

Me levanto perezosamente de la cama para salir de la habitación y dirigirme a la sala de estar donde veo a Adam en una llamada telefónica. Este me mira y rápidamente cuelga la llamada para acercarse a mi

-¿con quien hablabas?-pregunto curioso frotándome los ojos como niño pequeño

-con Benjamín, está enojadisimo

Me acerco más a Adam ocultando mi rostro en su pecho mientras que mis brazos lo rodean formando un abrazo

-no me digas que volviste a llorar

Niego sin despegar mi rostro de su pecho

-quieres sandwich

Niego

-¿Unos panqueques?

Niego

-tal vez pizza

Asiento despegando mi cara de su pecho para verlo. Este me sonríe Y agarra mi cara con sus manos para depositar un pequeño beso en mi cabeza

-ire a pedirla

Escucho como tocan la puerta y la cara de confucion de Adam es notable alparecer él no esperaba a nadie

-no te muevas de aquí

Veo como se acerca ala puerta con sigilo para meter una mano en el bolsillo de atrás causandome una gran confucion

-señor ashton soy yo abrame la puerta-dice la desconocida voz

Adam abre la puerta y puedo como un hombre de traje negro igual que los que intentaron sacar a esteban por la fuerza

-que quieres-dice Adam sin quitar la mano de su bolsillo trasero

El desconocido me echa una mirada rápida para luego dirigir sus ojos a Adam y susurrarle algo

-no salgas y no le abras la puerta a nadie que no sea yo-

Y así Adam desaparece por la puerta déjandome más confundida que antes

ADAM

-donde lo encontraron-pregunto caminando rápido por los pasillos del penthouse

-se encontraba en resepcion preguntando por usted señor

Meto la mano en mi bolsillo trasero sacando mi arma para quitarle el seguro

-ha dicho que tiene un mensaje Para usted

Acelero mi paso hasta bajar a resepcion y entrar por una puerta que dice personal autorizado

Camino por el corto pasillo hasta finalizarlo déjando ver a la escoria amarrada a una silla con mis hombres rodeándolo

-bro ¿como estás?

Fijo mis ojos en Aníbal y Benjamín

-¿que hacen aquí?-pregunto cortante

-vinimos a dar una pequeña sorpresa pero los sorprendidos fuimos nosotro.

Pongo los ojos en blanco para apuntarle con mi arma

-con quien trabajas

-pudrete.

Inmediatamente uno de mis hombres le propina una golpiza en la cara

ENTRE TUS CADENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora