Mis mates (Twilight)

25

—Hola.—dijo una dulce voz a mi lado, al girarme vi a las tres rubias sonriéndome.

—Mmm...hola.—dije nerviosa mirándolas.

—Hola preciosa, soy Kate.—dijo con una sonrisa, la rubia que primero vi a los ojos.

—Hola, yo soy la mayor de mis hermanas, me llamo Tanya.—dijo la mas baja de las rubias, con una sonrisa cerrada dando seguridad, estaba en medio de sus hermanas.

—Y yo soy Irina.—dijo con una sonrisa la mas alta.

—Encantada yo soy Anya.—les dije con una sonrisa tímida.

—Creo que tenemos muchas cosas de las que hablar.—dijo Tanya sin quitar su sonrisa.

—Alguna cosa mas que otra.—dije mirándolas con una sonrisa.

—Pues vamos a sentarnos dentro, para hablar.—dijo Kate muy feliz, mientras me agarraba del brazo para entrar en la casa. Cuando me toco, me paso en su toque una corriente eléctrica, haciéndome sonreír como boba.

Nos sentamos las cuatro en los sofas del comedor, que por suerte esa parte de la casa estaba desierta y no pasa ni dios. 

Les comencé a explicar toda la situación, que tenia otros mates, que parece ser que era una hija de la luna, ellas escuchaban atentamente todo lo que decía.

—¿A sin que eres una hija de la luna?—dijo mas como una pregunta Tanya, a lo que yo solo asentí.

—Lo que me molesta un poco es compartirte.—dijo Irina con el ceño fruncido.

—Estoy de acuerdo.—dijo Kate con un pequeño puchero.

—Pero haríamos cualquier cosa por ti, hasta compartirte si eso hace tu felicidad.—dijo Tanya con la voz mas fuerte, mientras miraba de reojo a sus hermanas.

—Claramente.—dijo Kate pasando a tu sonrisa radiante.

—Sin dudarlo.—dijo Irina relajando sus facciones.

Seguimos hablando para conocernos mas. 

—Anya, Bella va a tirar el ramo.—dijo Jacob entrando al comedor, paro de hablar al vernos a las cuatro.—Mal momento, me marcho.—dijo seguidamente dando media vuelta.

—Espera voy contigo.—dije riéndome.

Me levante rápido para correr para ponerme a su altura, escuche como las tres rubias me siguieron por detrás.

—Preparados listos.—dijo tirando el ramo para atrás, Bella. Lo cogió nuestra madre alegremente, yo estaba apartada para ver el espectáculo y que no me cayese a mi.

Todos aplaudieron y reían. La fiesta termino rápido o el tiempo paso volando, una de las dos, entre medio de la fiesta, mis rubias me presentaron a Eleazar y a Carmen, los otros dos miembros de su clan. Los invitados se empezaron a ir, hasta que solo quedamos los Cullen, los Denali y nosotras dos como únicas humanas.

—Bueno ya estas casada.—le dije emocionada mientras, entrabamos las dos a su habitación.

—Si, quien lo diría. Y mañana me voy de luna de miel.—dijo con una sonrisa de enamorada.

—Si una luna de miel que dura una semana.—dije con una sonrisa burlona y me sentaba de golpe en su cama.

—Bueno, ¿y cuantos van ya?—me pregunto para cambiar de tema, la mire girando un poco la cabeza sin entender a lo que se refería.—De compañeros.—dijo cuando vio mi gesto.

—Espera te ayudo.—dije levantándome para ayudarle con el cierre del vestido.—Los cuatro Cullen, Victoria y ahora las tres rubias de los Denali, en total ocho por el momento.—dije mientras le bajaba el cierre.

—Suerte.—dijo divertida, riéndose.

—Eh.—le di un pequeño golpe en el brazo.—Tengo fe en mi.—dije guiñándole un ojo.

—Pues menos mal.—me contesto.

—¿Que pasara con tus estudios?—me pregunto preocupada.

—Are el duodécimo grado, aquí en Forks y después ya veré lo que hacer.—dije con calma, volviéndome a sentar en la cama.

—Como tu quieras.—me dijo con una sonrisa.

—Bueno te dejo voy a ducharme, cambiarme y lo mas probable es que me quede frita.—dije con un bostezo al final de la frase.

—Intenta comer algo antes de dormir.—me dijo como si fuera mi madre.

—Si mama, no te preocupes.—le dije con voz burlona, mientras salía de su habitación, cuando cerré su puerta escuche como algo blando dando contra la puerta.