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—Es Freyja

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—Es Freyja.—dije mirándola.

—¿Freyja?—me pregunto con curiosidad.

—Si es la diosa nórdica del amor, la belleza, la fertilidad, la guerra y la muerte.—le explique con una sonrisa.

—A sin que la belleza y fertilidad, ¿eh?—me dijo con un guiño al final.

—No se de que me sorprendo que solo te acuerdes de esas dos cosas.—dije con una risa al final.

—Es que soy un bellezón.—dijo guiñándome un ojo.

—Nuestra compañera es toda una coqueta.—dijo mi castaño con una sonrisa divertida.

—Pero eso no hay que dudarlo.—dije con una sonrisa divertida.—Y nos gusta que lo sea.—dije girando la cabeza para mirarla directamente para seguidamente guiñarle el ojo.

Al escuchar mi comentario y después ver gestó se lanzo a mis labios, haciendo que yo me sorprenda por la acción repentina y soltara un pequeño jadeo, que ella aprovecho la introducir su lengua en mi cavidad bucal.
Como estaba incomoda en esa posición en el beso, mi mate se paso para delante, para ponerse en mi regazo sin separar sus labios de los míos. Al cambiar de posición puse mis manos en su trasero y ella puso las suyas en mi cuello y en la cabecera de mi asiento, haciendo que nuestro beso se profundizara mas.

Estuvimos un buen rato en esa posición olvidándonos del todo, menos cuando a veces notábamos la mirada intensa de nuestro compañero.

No noté cuando el coche paro, ni cuando mi castaño salió del vehículo. Estaba sumergida en los toques y placeres que me daba mi freyja, sus labios dando un baile intenso con los míos, su mano izquierda acariciando entre mi oreja y mi hombro en un vaivén adictivo, y por otro lado su mano derecha bajo hasta mi pecho donde apretaba o acariciando provocándome por encima de la ropa.
Por otro lado mis manos se adentraron en su ropa, con mi mano derecha acariciaba como apretaba su glúteo directamente y con la mano izquierda la subí por debajo de su camisa hasta ponerla en la parte media de su espalda acercándola mas a mi cuerpo o clavando sutilmente mis uñas.
Solo escuchaba sus jadeos y los míos.

De repente notamos como abrían la puerta de copiloto haciendo que nos separáramos un poco y miráramos a esa dirección, encontrándonos con nuestro compañero con los ojos negros de lujuria. Al verlo solo pude observarlo mientras aun estaba recuperando el aliento, por otro lado escuche una pequeña risa de la rubia que estaba encima mía.

—Parece que nuestro compañero se a excitado por nuestra culpa.—me susurra ella en el oído haciendo que mi sonroje mas, si eso fuera posible. 

—Ya no aguanto.—dijo el en un gruñido acercándose a nosotras.

Al estar en nuestra altura, agarro a la rubia para ponerla en su hombro y darle una fuerte nalgada haciendo que ella gimiera.

—Eso por traviesa.—dijo para darle otra nalgada haciendo que soltara otro gemido, mientras yo veía la escena nunca iba visto esa faceta de Kate y no podía decir que me disgustara, mejor dicho me estaba calentando mas.

—Y este es tu castigo.—dijo esta vez con su mirada en mi persona, me agarro con suavidad del brazo para ponerme de pie, para seguidamente acercarme mas bruscamente levantar mi cabeza y agacharse un poco para juntar sus labios con los míos en un beso apasionado. Donde el era quien dominaba haciendo que yo no pudiera seguirle el ritmo, su lengua pasaba por todo los rincones de la mía sin dejar ningún hueco sin explorar.
Poco a poco perdía la fuerza de mi cuerpo al ser tan intenso y no separarse para respirar haciendo que mis piernas se debilitaran y me cayera para abajo haciendo que el con su mano que me tenia agarrada no dejara que me cayera.

Se separo de mis labios con un hilo entre medio de nuestras salivas y al apreciarlo podía ver como tenia una gran sonrisa mientras sus ojos seguían aun negros de lujuria pero con un toque de brillo en ellos. Se agacho un poco para agarrarme de las piernas para colocarme en su otro hombro libre, cerro con la pierna la puerta del coche y comenzó a caminar.

Note como un dedo frio se pasaba por mis labios, donde aun había un pequeño rastro de la saliva de los dos por lo que observe, no me di cuenta hasta que vi la mano, mire la dirección de esa delicada y fría mano para mirar como mi diosa freyja era la que alargo su brazo para hacer eso y con una sonrisa juguetona se metió ese dedo en la boca lamiéndolo sensualmente, mirándome a los ojos haciendo que me excitara por todos los acontecimientos seguidos.
Haciendo que mis dos mates olieran mi excitación y al saber que eran los causantes escuche sus ronroneos de aprobación haciendo que me avergonzara un poco haciendo que notara mis orejas ardiendo y quisiera taparme.

—Linda.—dijo la rubia mientras yo me intentaba esconder con la cara pegada en la espalda del castaño.


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Mis mates (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora