Mis mates (Twilight)

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Los días estaban pasando tranquilos Edward nos llamo para comentarnos que mi hermana se iba despertado y que hoy iría a cazar al bosque por primera vez espero que se auto-controle rápidamente para que a sin pueda ver a la pequeña Renesmee, seguro que mi hermana esta como loca por verla, abrazarla y nunca soltarla.

En este momento estaba caminando con Jacob en su forma lobuna y la pequeña Renesmee que parecía que ya tenia casi dos años, por la nieve mirando la poco vegetación que había, era una hermoso paisaje que apreciar.

—¿Que es eso?—pregunte a mi único acompañante, cuando una sombra paso por unos arboles, no podía oler su aroma y eso me extrañaba ya que la sobra iba pasado tan rápido que solo un ser sobrenatural podía hacerlo.

—¡Grrr!—gruño Jacob a la sobra que paso de nuevo, no me dio tiempo a decir nada que el salio corriendo detrás de la silueta sospechosa, seguramente para proteger a su impronta, pero al hacer eso nos dejo a las dos sola en medio de ese paisaje viendo por donde se a ido.

Pasaron segundos que el lobo marrón de Jacob no volvía haciendo que mire para todas partes sin encontrar nada sospechoso ni oler nada.

—No te preocupes, la Tia Anya esta aquí.—le dije a la bebe cuando comenzó a llorar.

—Aunque no sola.—dijo una voz masculina que se me hacia conocida, pero no recordaba exactamente de donde.

Mire para todos lados de nuevo buscando esa voz y nada. Solo había silencio y nieve.

—Que pasa lobita no me ves.—dijo de nuevo esa voz pero con voz de que se estaba divirtiendo, por inercia puse a Renesmee en una posición mas protectora.

—¡¿Quien eres?! ¡¿Y que coño quieres?!—pregunte gritando mientras giraba en mis talones.

—Me conoces, nos conocimos y no hace mucho, me entristeces.—dijo pero al final con voz falsamente de pena.—¿Y sabes lo peor?—pregunto haciendo unos mili-segundos de suspense que me parecían eternos.—Que no estoy solo.—dijo, al escucharlo rápidamente comencé a correr como si no hubiera un mañana para la casa de las Denali, donde sabia que estaban mis compañeros.—Atrapadla.—ordeno al aire, haciendo que corriera mas rápido.

De los arboles salieron tres vampiros que no iba visto nunca, se notaba a leguas que eran neófitos. 

"Esto no pinta bien"—pensé con Renesmee aun en brazos.

Los neófitos se me acercaron con plan de atrapadme pero algo les llamo mas la atención y eso era las pulsaciones del corazón de mi sobrina haciendo que fueran a por ella, rápidamente con una patada envié a uno a volar, mientras al otro con la mano libre que tenia le agarre de la cabeza y apreté haciendo que su cráneo explotara de mi fuerza en pedazos.

Después de aquello comencé de nuevo a correr pero no pude ni alcanzar los 100 metros que aparecieron mas neófitos del bosque, pero un gruñido me hizo girarme y ver a Jacob saltar delante nuestra.

Comenzaron a atacarnos y nosotros a defendernos, de repente por un descuido casi cogen a Renesmee haciendo que yo me moviera y el neófito arañara todo mi brazo profundamente haciéndome sangrar, al oler mi sangre la mayoría se alejo por la peste que tenia que hacer la sangre de una metamorfa/hija de la luna pero Renesmee comenzó a llorar potentemente llamando la atención de nuevo de los vampiros, para ser sincera estábamos perdiendo y seguíamos a sin lo mas probable es que mataran a mi sobrina cosa que no iba a permitir.

Por unos segundos mire a Jacob y parece que me entendió, le di a Renesmee que agarro con la boca para seguidamente transformarme en mi loba.

—"Llevatela con los Denali y los Cullen, mientras yo les distraeré."—le dije por el vinculo mientras me lanzaba atacar a los neófitos para darles tiempo.

—"Volver con ayuda."—dijo para seguidamente salir corriendo, detrás de el iban a ir algunos vampiros pero me puse delante pero dos se me escaparon, espero que lleguen a tiempo y puedan protegerla.

Mientras luchaba mis heridas se regeneraban.

—Os dije que la atrapéis y mirad lo que estáis montando, inútiles.—dijo la voz masculina con fastidio, aun no podía ver quien era y mas estando luchando con los vampiros recién creados.—Parece que tengo que hacer todo yo.—dijo, para seguidamente notar un pinchazo en el muslo de mi pata derecha trasera, me gire para ver que era lo que me iba pinchado, para encontrarme con un dardo.

Poco a poco parecía que no tenia fuerza y que todo me daba vuelta, me caí para el suelo con mis patas.

Mis ojos se hacían mas pesados y todo se veía borroso, se comenzó a ver entre los arboles una silueta de una persona pero no podía verlo bien solo su pelo rubio y su sonrisa socarrona. 

—Buenas noches, lobita.—dijo para que después solo hubiera oscuridad.