Mis mates (Twilight)

18

Me hicieron correrme, pero antes que ellas empezaran otra ronda, mi estomago rugió haciendo que ellas me mirasen con unas sonrisas divertidas.

—Creo que nuestra princesa tiene hambre.—dijo Rosalie, subiendo hasta que su rostro estaba a centímetros del mío.

—Pues vamos.—dijo Alice, con entusiasmo mientras me agarraba para levantarme modo nupcial.

—Necesito vestirme.—le dije rápidamente, mientras me agarraba fuertemente de la camisa de la castaña, al levantarme en sus brazos.

—Claramente, pero primero nos bañaremos.—dijo alegremente la castaña, caminando dirección al cuarto de baño.

—Juntas.—dijo con una sonría la rubia mientras la veía desvestirse, cosa que no paso desapercibida por ella, ya que me sonrió de lado con una mirada penetrante.

Entramos en el cuarto de baño, Alice me bajo suavemente de sus brazos pero antes de sentir el vació de ser tocada, la piel fría de Rosalie toco la mía, haciendo que tuviera escalofríos.

—Ahora que lo pienso, ¿vosotros no dormís?—dije poniendo mis manos encima de los brazos de la rubia, que me apegaba mas a mi.

—No, no dormimos.—me dijo en un susurro en mi oreja la rubia, mientras Alice terminaba de quitarse su última prenda.

—Pero nos da tranquilidad y nos gusta verte dormir.—dijo la castaña mientras se acercaba y me agarraba las manos, me guío dentro de la ducha, con la rubia aun abrazándome.

Nos duchamos, entre caricias y besos, pero no llego a mas. Salimos del baño, Alice con su supervelocidad se movió por toda la habitación para lanzarle a Rosalie unas prendas de ropa, que agarro al aire, se acerco a mi y me dio una camisa gris claro, mono blanco y ropa interior. Al ver mi ropa la mire con una ceja levantada, ella me levanto los hombros con una sonrisa.

Mientras me terminaba de vestir, ellas ya iban terminado, Rosalie iba con una medias negras, un vestido azul oscuro que se pegaba a su espectacular cuerpo y unos tacones básicos negros, y Alice iba con un pantalón vaquero de campana, una camisa de manga larga verde-grisácea y encima una chaleco de punta vaquero.

—Vamos.—dijo la castaña, pasando su mano por delante de mi cara sacándome de mi embobamiento que tenia mirándolas. Volví a este mundo haciendo que ella tuviera una gran sonrisa.

—Vamos.—le copie mientras le devolvía la sonrisa.

Rosalie me agarro la mano, arrastrándome fuera de la habitación, por otro lado Alice puso su brazo para que lo entrelazara con el mío, cosa que con gusto aria.

Bajamos las escaleras, sin separarnos, al llegar abajo Rosalie me soltó la mano con suavidad mientras me sonreía y se fue de mi vista.

—La cocina esta por allí.—me dijo Alice mostrándome el camino, se separo de mi con una sonrisa marchándose por la dirección contraria.

Yo sonreí negando, seguramente estaba algún miembro de la familia en la cocina y querían darme espacio para conocerlos.

Me dirigí a la cocina, porque de verdad me estaba muriendo de hambre. Al llegar me encontre Esme cocinando.

—Hola.—dije entrando en la cocina mirando su espalda que era lo único que podía ver.

—Hola querida, te estado haciendo algo para desayunar.—dijo girándose con una sonrisa, dejándome ver como hacia algo en la sartén.—Dentro de un par de minutos esta, siéntate que ahora te lo doy.—me dijo volviéndose a girar dirección a la sartén.

—Gracias, déjame ayudarte en algo.—le dije yendo a donde estaba ella.

Rápidamente fui llevada a sentarme en una silla que había en la isla de la cocina.

—No, hace falta.—me dijo dejándome en la silla.

Después de un minuto y poco, Esme a supervelocidad me dejo un plato de tortitas con un vaso con zumo.—Aquí tienes, que aproveche.—me dijo dejándola comida con una sonrisa.

—Wooow muchísimas gracias, es fantástico.—dije sonriéndole mirándole a ella y a la comida.—Esta buenísimo.—le dije después de meterme un trozo de tortita a la boca.

—Muchas gracias, me alegro que este buena.—me dijo con una sonrisa maternal.

Mientras comía las tortitas y bebía el zumo de naranja, hablaba animadamente con ella, que poco a poco parecia como una segunda madre, me hablaba y trataba como una hija.

Cuando termine de desayunar, me fui con Esme al salón donde estaban Alice, Carlise y Jasper. Salude a todos y me senté en el sofa, al lado de Carlise que me estaba contando de que trataba el libro que esta leyendo, ya que le pregunte por este que tenia en sus manos.

—Que interesante, pues ese científico si que hizo avances medicos y menos mal.—le dije sobre el libro.—¿Ahora que lo pienso, tenéis mas libros? Es que me encantan.—les dije con una sonrisa mientras miraba a Carlise y Esme, mientras veía de reojo a Alice y Jasper que me miraban todo el rato de la misma forma, bueno Jasper ya que Alice era mas obvia.

—Si claro, querida.—me contesto Carlise de la misma forma que lo hacia Esme, mientras ponía la mano entrelazada con la de su esposa.

—¿Quieres que te lleve?—me pregunto Jasper dando dos pasos para estar mas cerca de mi area.

—Me encantaría, si no es una molestia.—le conteste mirándolo a sus preciosos ojos naranjados.

—No es ninguna molestia.—dijo alegremente Alice pasando su brazo alrededor del de Jasper, mientras los dos me miraban y yo devolvía el gesto.