Christopher
- ¿Ya sabes algo? ¿Está viva o muerta?
Miraba a mi padre a través de una pequeña abertura en la puerta de su oficina, estaba hablando con uno de sus perros más fieles.
- Aún nada, sus cuentas bancarias no se han movido en lo absoluto y todo en su mansión sigue igual, de su hermano tampoco se sabe, al parecer se borró del mapa por completo.
Mi padre suspira y se pasa las manos por el cabello en señal de nerviosismo.
- Es que tiene que ser ella, es demasiada coincidencia que hayan sido ellos los que murieron primero, sabes bien que ellos empezaron su infierno.
Su secuaz suspira y se rasca la barbilla como si estuviera pensando en algo.
- No puedo enviar analizar rastros, el lugar está destrozado y además han pasado dos años, tendré que buscar otra forma, otra pista que nos pueda decir algo.
Gian se queda en silencio por completo u mis nervios aumentan cada vez más ante la incertidumbre de no saber qué es lo que harán.
- Ya pensaremos en algo, por el momento no han habido más muertes, quizá fue alguna venganza cualquiera, no sería la primera vez que los envío a trabajar juntos.
Me alejo de la puerta lo antes posible y verificando que nadie me vea vuelvo a entrar a la mansión, me siento en la sala de estar esperando a que venga, me había citado aquí y no tenía idea del porqué.
Escuche los pasos de mi padre y me froté los ojos con algo de cansancio.
- Hijo, me alegra verte de vuelta...
Palmea mi espalda y se sienta frente a mí mientras yo contengo las ganas de rodarle los ojos.
- Vamos al punto ¿Para qué me citaste?
- Antonella y el negocio.
Suelto una risa amarga.
- ¿Qué? ¿Ya vino a hacerte el berrinche?
- No entiendo porque no puedes llevarte bien con ella, antes la traías de aquí para allá como un trofeo y ahora ni la quieres ver pintada.
Lo miro con incredulidad.
- ¿Te parece poco que se alió contigo para atarme? Dime papá ¿Qué te dió para convencerte? O tanto es el odio que me tienes que aceptaste sin nada a cambio.
Se queda callado y el nerviosismo lo delata confirmandome lo que sabía desde hace unas semanas.
Sonrío de lado.
- Vaaaya.....dime Gian ¿Ahora somos socios?- me río sin gracia alguna- ¿Ya sentiste los buenos sentones que da?
Se que estoy sonando asqueroso pero la rabia que llevo dentro no me permite pensar en nada.
Me paro y aplaudo haciendo una reverencia ante él.
- Bravo Gian White, te coges a mi esposa y pretendes que yo lo haga también ¿Qué tan enfermo estás?- de pronto una idea se viene a mi mente cegandome de rabia- ¿También querías hacerlo con Leah? Porque te juro por ella y por mi madre que si la tocaste te mueres ahora mismo.
Se para de un salto y me abofetea.
- Cuidado con como me hablas....sigo siendo tu padre.
- Para mi desgracia lo sigues siendo.
Sus ojos fríos recaen sobre los míos y decir que no me duele sería mentira, daría lo que fuera por tener un padre normal, que me quiera y que no me utilice a su favor, mínimo que se preocupe por mí.
ESTÁS LEYENDO
El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]
Teen FictionHan pasado dos años desde lo sucedido... Prometí vengarme de todos aquellos que me destruyeron, no descansaré hasta enviarlos a todos al abismo de la destrucción. Pero no todo saldría como lo planeado y en el camino me daría cuenta que estabamos env...