El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]

Capítulo 4: ¿Está viva?

Christopher

Otro cuerpo más pero esta vez frente a una de mis bodegas.

Está igual que el otro, colgado por las manos, pero a diferencia del primero este está de espaldas y con latigazos que le abrieron la piel. Nuevamente el número reluce en medio de la espalda con los dos cuernos pero esta vez es un dos el que está en medio de ambos.

- Esto es un mensaje para ti, ya son dos y esta vez en las bodegas que, se supone, solo nosotros conocemos.

Mi padre suspiró y frunció el ceño mirando el cuerpo del tipo, se quedó así un largo rato, pero de un segundo a otro se puso pálido como un papel.

- ¿Qué sucede?- pregunté confundido por su reacción tan repentina.

Sacude la cabeza perdido y rebusca en sus bolsillos hasta sacar su teléfono.

Se aleja de mí adentrandose en la bodega y se lleva el teléfono al oído, me quedó un momento ahí parado hasta que coaccioné siguiéndolo, con pasos sigilosos entré a la bodega y me oculté tras una de las puertas que llevaba a una pequeña oficina.

- Se supone que el lugar quedó destruido....

Fruncí el ceño al escuchar lo que decía.

¿Lugar destruido? Será posible que hablaran de....

- ¿Hay probabilidades de que esté viva esa desgraciada?

El corazón se me paralizó en ese momento.

- Necesito que averigües si es posible, como sea recupera las malditas cámaras del lugar y no quiero que Christopher se entere de esto.

Los ojos se me llenaron de lágrimas y cubrí mi boca ahogando un sollozo que estaba a nada de salir. Corrí fuera de la bodega con rapidez y me subí al coche lo antes posible.

Conduje como loco por las calles y llegué al penthouse.

¿Era posible? ¿Ella podría estar viva?

Mis adentros rogaban por que así fuera. Necesitaba saber si estaba viva antes que mi padre, debía protegerla como no lo hice antes.

La puerta de mi cuarto me distrajo y fruncí el ceño quitando las lagrimas de mis ojos, Antonella salía de ahí con un pequeño pijama de satén.

- ¿Qué haces aquí?- pregunté brusco.

Alzó la mirada de sus uñas y me miró sorprendida, cambió su expresión por una sonrisa casi al instante.

- Hola bebé, tu padre me dio la clave....

Mi sangre comenzó a calentarse por el enojo que recorría mis venas, ahora que sabía que había una posibilidad de que mi muñeca estuviera viva y que él no quería que me enterase me hacía odiarlo aún más de lo que ya lo hacía.

- Éste lugar es mío, no de mi padre, la próxima que te aparezcas sin anunciarte y te pasees como si fuera tu casa......sufrirás las consecuencias que acarrea desafiarme.

Me miró con los ojos aguados.

- Yo solo quiero que la seamos marido y mujer....Chris, te amo, te necesito en mi vida.

Las palabras fueron como un golpe a mía recuerdos.

Te amo tanto que a veces pienso que te necesito para respirar, mi amor, yo tampoco puedo vivir sin ti...

El primer te amo de Leah fue la declaración más preciosa y sincera que pude apreciar, lo mejor fue que era dirigido hacia mí....recuerdo lo feliz que me sentí al saber que ella correspondía mis sentimientos.