Christopher
Los días iban pasando y todo parecía tranquilo, lo que no me daba buena espina; Gian había asimilado que yo no tenía a Mónica o al menos eso aparentaba.
En cuanto a mi madre, ha estado bien en su nueva casa, la visitaba al menos una vez a la semana y ella me contaba lo emocionante que era vivir allí y poder interactuar con la gente amable del pueblo.
Suspiro y veo el reloj de mi muñeca.
Aun es algo temprano, atraigo más cerca a Leah y se da la vuelta acurrucandose en mi pecho.
- ¿Qué hora es?- pregunta somnolienta.
Acaricio su cabello con suavidad.
- Duerme, es temprano.
Volvió a dormir e intenté hacer lo mismo pero fue imposible, mi mente se encontraba totalmente despierta y no dejaba de carburar con todo tipo de pensamientos.
Pensé en mi madre, había notado un gran cambio cuando fui a verla, se veía radiante, como si hubiese vuelto a la vida repentinamente, me ponía feliz verla bien y me planteé por un momento el presentarle a Leah y a Emma. Necesitaba alguien con quien considerar el cómo pedirle matrimonio a mi mujer,una consejera, quería a mi madre, una que nunca había necesitado hasta que supe la verdad.
Leah y Emma llenaban una gran parte de mí vacío, casi la mayoría, pero aquel pedazo restante era mi familia, una parte que siempre fue sensible para mí y que nunca tuve como tal.
Nunca tuve un padre que apoyara mis decisiones, siempre me impuso su voluntad y forjó a un súbdito que creyó que le sería leal por siempre; nunca tuve a una madre, jamás sentí la calidez maternal cada que la necesitaba, nadie me defendió de los castigos que mi padre me daba.
- ¿Amor?
Siento las manos de Leah sobre mí mejilla.
- ¿Si?
Se sube sobre mí sin apartar sus manos de mi rostro.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
Llevo mi mano a donde tiene las suyas y siento la humedad de las lágrimas.
- Nada, amore, no te preocupes....son cosas mías.
Frunce el ceño y el gesto me recuerda a nuestra hija, lo que me saca una leve sonrisa.
- Dime- insiste y vuelvo a negar- Soy tu mujer ¿no confías en mí?
Miro sus ojos bañados en preocupación y termina convenciendome.
- Confío en ti, es solo que...quizás es tonto.
Rueda los ojos pero no dice nada esperando a que hable.
- A veces me siento mal por no haber tenido una familia- confieso- Tú por lo menos has tenido un padre que te brindó amor, sabes como se siente pero ¿y yo? ¿Cómo seré un buen padre para Emma si nunca tuve el amor de ninguno?
Me llena de besos la cara.
- Tontito- me dice pegando su frente a la mía- Eres el mejor papá que Emma pudo pedir, la amaste apenas supiste de ella y yo no puedo ser más feliz que contigo a mi lado, no los necesitas....- deja un beso en mis labios- Nosotras somos tú familia.
La abrazo con fuerza hundiendo mi rostro en su cuello.
- Te amamos, no lo olvides nunca- susurra haciéndome apretar los ojos con fuerza.
Nos quedamos charlando un momento más y Leah me dice que quiere conocer a mi madre antes de presentarle a su nieta, los que me parece razonable de su parte.
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El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]
Ficção AdolescenteHan pasado dos años desde lo sucedido... Prometí vengarme de todos aquellos que me destruyeron, no descansaré hasta enviarlos a todos al abismo de la destrucción. Pero no todo saldría como lo planeado y en el camino me daría cuenta que estabamos env...