Capítulo 21: Hacer el amor

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Leah

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Leah

Había llegado el último día de Christopher con nosotras.

Lo admiraba corretear con nuestra hija que llevaba un tierno traje de osito, en el patio trasero, se ven tan felices que una tristeza enorme se forma en mi pecho al sopesar que él se tendrá que ir por la mañana y que yo también tendré que hacerlo pronto.

Salgo y me froto los brazos al sentir la ventisca de frío, ambos me voltean a ver y les sonrío.

- ¿Puedo unirme?

Christopher me sonríe y corre hacia mí tomándome en el aire, suelto un chillido de sorpresa mientras que Emma se ríe a las carcajadas.

- ¡Bajame!¡Chris!- grito entre risas.

Me deja recostada en el suelo y queda medio encima mío mirándome fijamente.

El recuerdo de nuestro beso de anoche me invade y me pongo nerviosa de repente, siento un leve picor en los labios y anhelo que acerque su boca....

Pero el que nuestra pequeña osita se nos tire encima interrumpe el momento de tensión, suelto una risa.

- ¡Abrazo!- chilla sonriendo y con las mejillas sonrosadas.

Christopher nos acuna a ambas entre sus enormes brazos y nos besa el rostro, me invade un sentimiento de comodidad y felicidad que no había sentido por completo en mucho tiempo.

Desearía que las cosas siguieran así...

Pero para nosotros las cosas no son fáciles y tendremos que luchar antes de ser felices, debemos acabar con él enemigo mayor y recuperar lo que fue nuestro alguna vez.

- Se cansó de tanto jugar...

Me mira con Emma durmiendo con la cabeza en su hombro, me da tanta ternura la imagen que termino acercándome y tomándonos una foto para retratar el momento.

- Le pondré algo abrigado y la dejaré en su cuna, está haciendo frío- me avisa.

- Haré chocolate caliente ¿Quieres un poco?- asiente con una pequeña sonrisa.

Me siento cómoda hablando con él sin pelear, estoy feliz de que podamos estar así de bien por nuestra hija, casi pareciera que hemos vuelto el tiempo atrás a ser esos adolescentes que se miraban como bobos enamorados.

Vuelve luego de dejar a nuestra bebé y le entrego la taza de chocolate.

- Está delicioso- habla al probar el primer sorbo.o

Nos sentamos en el sofá mirando la chimenea chispear, mi cabeza se apoya en su brazo y él me rodea con el mismo acercándome a su cuerpo calentito, nos quedamos en silencio disfrutando del chocolate y de nuestra presencia.

- ¿Emma dejará de quererme en cuanto me vaya?- pregunta con cierto temor reflejado en su voz.

Deja la taza en la pequeña mesita esperando mi respuesta. Imito acción y me incorporo mejor para contestarle.

El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora