El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]

Capítulo 26: Libre

Christopher

Había pasado ya una semana desde que empezamos a planear el rescate de mi madre.

El tal Jared, recomendado por mi muñeca, era un total genio y en menos de nada ya tenía acceso a las imágenes de la casa de mi madre, le pedí que creara un acceso en mi móvil, aún estaba desconfiado, lo que mi padre había dicho resonaba en mi cabeza una y otra vez.

No conoces a tu madre...

¿Sería posible que Gian dijera la verdad? ¿Que Mónica en realidad no es lo que parece?

El sentimiento de inseguridad está latente desde aquella charla y es por eso que decidí no llevarla ni contarle sobre Leah y mi hija, no confiaba en ella, no podía arriesgar a Emma de esa forma.

La pondré a prueba un tiempo, conseguí una casa en un pueblo alejado donde no podrían encontrarla, allí ella sería libre y haría su vida sin Gian, hasta que este seguro de que podemos confiar en ella no comentaré nada sobre mí familia.

Leah estaba al tanto de mi situación y estaba de acuerdo, ahora mismo la prioridad es nuestra hija y no me importará que sea mi propia madre, si tengo que destruirla junto con Gian....lo haré.

Me coloco el arma en la cinturilla del pantalón y envío un mensaje a Jared para comunicarle que estoy listo y en posición.

El cielo está totalmente oscurecido, las luces se visualizan a través de las ventanas, estaban a punto de ser las diez y el cambio de guardias sería hecho ahora mismo, me encuentro escondido detrás de un gran árbol frente a la casa.

Cuando los hombres se marchan a la parte trasera de la mansión doy la señal a Jared.

- Apagalas.

- Copiado.

Las luces se apagan de golpe y comienzo a correr hacia dentro de la casa, se me dificulta la vista por la oscuridad pero sigo avanzando hasta las escaleras.

- ¡¿Qué sucedió?!- el grito de mi madre me alerta.

Corro subiendo las escaleras rapidamente y me la topo de frente, está a punto de gritar pero llego a taparle la boca.

- Soy yo mamá....vamonos.

Parece confundida.

- Pero mi cosas....yo...

La tomo de la mano y la arrastro por las escaleras.

- No importa, te compraré lo que necesites.

La subo al coche justo cuando comienza el caos y los gritos de los hombres que corren por toda la casa, me apresuro y arranco acelerando a toda velocidad.

- De verdad lo hiciste, me liberaste...- habla sorprendida.

- ¿No creías que lo iba a hacer?- río amargamente- Hay mucho que no sabes, Mónica.

Traga saliva y no dice nada haciéndose pequeña en el asiento.

- ¿Dónde iremos?

- Necesito descartar cualquier dispositivo de seguimiento en tu cuerpo, en caso de haberlo te mantendrás aislada hasta que se lo extraiga.

No dijo nada, solo retorcía sus dedos mirando el camino, seguí conduciendo intentando ignorar su extraña actitud.

Llegamos en menos de nada a la parte trasera del hotel perteneciente a mi muñeca.

- Baja- ordené.

Tomé su brazo y la arrastré conmigo hacia dentro, Dylan nos esperaba y enseguida nos guió hacia una sala insonorizada.