Capítulo 14: Perfil bajo

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Christopher

Salgo del hotel sin poder procesar todo lo que Leah me dijo dentro.

Gian White había sido capaz de hacer que abusaran de ella, fue capaz de torturarla a pesar de que me arrastré suplicando que no le hiciera daño, a pesar de que le confesé que la amaba como jamás había amado a nadie. Ahora he confirmado que tengo a un monstruo como padre y sé que si no lo detengo pronto terminará acabando conmigo.

Conduzco a toda velocidad por las calles y paro en la primera tienda que veo, compro una botella de vodka y cigarros. Vuelvo al coche y me dirijo a ese lugar que tiene recuerdos dolorosos para ambos.

Al llegar y admirar todo recuerdo lo que le dije aquella vez, todas esas mentiras que salieron de mi boca y que la lastimaron tanto.

Ahora que sabía lo que le había sucedido comprendía el porqué me odia tanto, el porqué quiere destruirnos, por fin soy capaz de ver todo el daño que le ha causado mi silencio y temor.

Creí que no diciéndole de los planes de mi padre ella no me odiaría, que podría sacarla de la ciudad para vivir lejos los dos solos, pero solo fui un iluso y egoísta que por temor a perderla terminó destruyéndola y ganando su desprecio; merezco todo su odio y estoy consciente de que ella jamás confiará en mi de nuevo, pero no me importa, si tan solo puedo lograr que cobre su venganza yo seré feliz por ella.

Le doy un largo trago al vodka que quema mi garganta, dejando casi la mitad de la botella, sin poder quitar todos los escenarios que ha formado mi mente, las lágrimas se me salen solas al imaginar todo su sufrimiento, al pensar que yo no fui capaz de protegerla, que no pude evitar que sufriera el peor acto de violencia que una mujer puede sufrir; solo de imaginar su desesperación y llanto mi pecho se aprieta.

El teléfono me vibra y veo el nombre de Gian en la pantalla, aprieto tan fuerte la mano alrededor de la botella que termino quebrandola en mi mano causando una gran y profunda cortada. Me quejo viendo la sangre fluir por mi mano, me pongo de pie tambaleándome un poco pero me sostengo de un árbol que se encuentra cerca.

Me monto al coche nuevamente y conduzco como puedo, a pesar de tener la vista un poco borrosa termino llegando al penthouse, coloco torpemente la clave y llego a casa. Todo explota en cuánto entro, la rabia me consume y arraso con todo lo que me encuentro en el camino.

- ERES UNA MALDITA MIERDA, CHRISTOPHER WHITE, UNA MALDITA MIERDA INÚTIL.

Me doy golpes en la cabeza a mi mismo, odiandome por ser un imbécil que no ha hecho nada bien, toda mi vida me la he pasado obedeciendo a ese bastardo a pesar de no estar de acuerdo.

- Un bastardo....eso es lo que soy, una mierda, una basura- río con amargura- No fui capaz de conservar lo único en mi vida que ha estado bien, no pude enfrentar mis malditos miedos, una vez más el hijo de puta de Gian White hizo lo que quiso y no lo detuve, una vez más se llevó todo por delante.

El móvil vuelve a sonar y lo ignoro levantándome, camino hasta el baño y miro mi patético aspecto en el espejo.

- No seas estúpido- me señalo- Debo reparar el error, destruir a Gian así sea lo último que haga y recuperar a Leah, debo sanarla, debo hacerla feliz y darle lo que se merece.

Me siento en el retrete y curo mi herida como puedo.

Una vez más el puto teléfono suena y termino por hartarme, me levanto y contesto.

- ¡¿QUÉ?!

- Qué humor...- me sorprendo al oír la voz de Jones.

- Perdona, no ha sido mi día ¿Qué quieres?

El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora