El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]

Capítulo 28: Reunion familiar

Christopher

Entro a la jugueteria más grande que encuentro y procuro ser cuidadoso en que nadie me siga.

- ¿Qué podría gustarle?

Miro toda las estanterías llenas de juguetes para niños, mi muñequita era bastante particular de cuando juguetes se trataba, le gustaban tanto los de la sección de niñas como la de niños cosa que me parecía genial, de hecho los de niños siempre son más divertidos a mi parecer.

Suspiro por enésima vez, se supone que sería una compra rápida pero esto se está poniendo difícil, quiero algo que la divierta y que le guste.

- ¿Necesita ayuda, señor?

Volteo a ver a una joven empleada que me mira con ojos soñadores.

- No, puedo escoger el regalo de mi hija. Sólo.

Parpadea varias veces ante mi brusca contestación, no necesito agregarme problemas de celos, el perfume de la chica es bastante prominente y no quiero que se acerque a impregnarme su olor.

- C-claro, disculpe...

Se marcha toda nerviosa y ruedo los ojos, visualizo en una de las cajas más altas algo que creo puede llegar a gustarle, los ojos me brillan como los de un niño y es que yo también quiero divertirme con esto.

Una enorme pistola de burbujas.

Enseguida pido una y veo también unos nuevos dinosaurios de felpa que sé que van a encantarle a mi bebé.

Se los llevo y al salir me encuentro una joyería, puedo ver una caja musical con una pareja bailando dentro de ella, la figura de la mujer enseguida me recuerda a Leah y decido entrar por ella pero....al hacerlo me encuentro con miles de anillos dentro de una vitrina.

- ¿Busca algo en especial, señor?

Volteo a ver a la amable mujer que pregunta.

Trago saliva sintiéndome bloqueado por un momento, hay tantos y de distintos tipos...

¿Será muy pronto?

- ¿Fabrican modelos especiales?- pregunto finalmente.

Para qué hacerme el imbécil cuando sé perfectamente que apenas termine todo esto voy a proponerle que sea mi esposa, quiero que formemos una familia los tres juntos, que nada ni nadie pueda separarnos nunca más.

- Si, por supuesto.

Empiezo a explicar el diseño que deseo y la mujer de la tienda sonríe repitiendo lo mucho que va a gustarle a mi prometida, espero no espantarla cuando se lo proponga.

- Lo tendremos listo para mañana.

- Perfecto.

Vuelvo al hotel luego de comprar unas rosas rojas, algunos dirán que son un cliché pero son las favoritas de mi mujer, enseguida los hombres que me acompañan se encargan de subir todo a la suite de ella y de mi princesa.

Me encargo de arreglar el cuarto de Emma para que esté todo perfecto, dejo los nuevos regalos sobre la alfombra que se encuentra en medio de la habitación y luego arreglo el cuarto de mi muñeca.

Cuando todo está listo solo me queda esperar a que ellas aparezcan.

(**)

Pasan alrededor de dos horas cuando Leah me avisa que ya llegaron, agarro las rosas y me preparo cuando los pasos comienzan a oírse.

La puerta se abre y enseguida la veo, la mujer más preciosa del mundo se adentra a la suite.

- Amore, bienvenida....