El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]

Capítulo 13: La visita

Leah

Me quedo mirándolo totalmente quieta, Christopher está aquí frente a mí y con una pequeña sonrisa en el rostro mientras me mira.

¿Esto es una puta broma?

No reacciono hasta que Dylan avanza enfurecido y le da un empujón.

- ¡¿Cómo lo supiste?!¡¿Qué carajos viniste a hacer aquí?!

- No tengo nada que hablar contigo, ya podrías irte a la mierda.

Miro a la gente a nuestro alrededor que comienza a prestarnos demasiada atención y decido intervenir, tomo del brazo a Dylan cuando está a punto de golpear a Christopher.

- ¿Qué carajos, Leah?

- La gente se está alterando- le digo mirándolo- Te explico esto luego.

Miro a Christopher y tomo con brusquedad su brazo para llevarlo a mi despacho, él me sigue sin chistar mientras que siento la mirada de Dylan quemandome la espalda.

Al entrar lo primero que hago es empujarlo por el pecho y repartirle un par de golpes, él no hace nada simplemente se queda quieto.

- Leah....amor...

Me quedo quieta y lo miro con los ojos en llamas.

- ¡No me digas así, maldito estúpido! ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Acaso no puedes dejarme en paz?!

Me mira con dolor e intenta acercarse para tomar mis manos pero me alejo.

- Leah, necesito que me escuches, que sepas la verdad de todo.

Niego enseguida y todo el recuerdo de lo que dijo viene a mi mente, mi corazón se oprime siempre que recuerdo una parte en especial.

¿Pensabas que iba a estar contigo? ¿Qué nos íbamos a casar y a tener pequeños críos juntos?

No puedo evitar pensar en mi pequeña cosita y mis ojos inevitablemente se llenan de lágrimas de dolor.

- ¿Qué me vas a explicar? ¿Qué me traicionaste? ¿Qué todo lo que me dijiste e hiciste sentir era mentira? Yo no quiero escucharte, no quiero oír una puta disculpa de tu boca porque no creeré nada de lo que salga de ella.

Sus ojos están cristalizados y no lo espero cuando avanza estampando sus labios en los míos.

Me quedo quieta, sin saber como reaccionar, es la primera vez que un hombre se me acerca de esa manera luego de estar en ese lugar.

Sus manos me acarician la cintura y reacciono empujándolo con fuerza, mi mano recae sobre su mejilla sin compasión.

- ¡No vuelvas a hacer eso!

- ¡Te amo, Leah! ¡Nada de lo que dije aquella vez fue cierto!

Las lágrimas resbalan por mis mejillas y vuelvo a negar.

- No me importa si fue cierto o no, permitiste que me llevaran a ese lugar, dejaste que tu padre hiciera conmigo lo que se le antojara.

Sus ojos se veían sorprendidos, enfadados y casi confundidos.

- ¿Q-qué te hizo?- pregunto inseguro.

Y lo miré con extrañeza, parecía que en verdad no sabía lo que me había sucedido en aquel lugar.

- ¿Quieres saber qué me hizo?- asiente con el temor reflejado en sus ojos- Me violaron más veces de las que podría contar, me torturaron a sangre fría y por si fuera poco, tu padre disfrutaba viendo como esos hijos de puta tomaban mi cuerpo sin contemplaciones y disfrutaba de ello.