Capítulo 23: El tesoro de nunca jamás

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Leah

Emma no ha dejado de llorar desde que Chris se marchó.

- Princesa, ya porfavor...- le suplico angustiada.

Ver a mi hija llorar es algo que me parte el alma y pensar en que quedaría igual de destrozada cuando yo me vaya no me reconfortaba en lo absoluto.

- M-mi p-papi...quiero...- hipó

Acaricié su espaldita y besé su cabello en repetidas veces, en un intento inútil de tranquilizarla.

- Papi vendrá ¿si?- le digo con calma- Está buscando el tesoro de nunca jamás, tendrá que enfrentar terribles monstruos y al temible capitán garfio para traer el mejor hiper regalo del mundo...

Dejó de llorar y me escuchó con atención, a pesar de que Emma actúa con una madurez poco propia de su edad, no debía olvidar que ella era una bebé aún y que cualquier juego seria divertido para ella.

- ¿Peter Pan?- preguntó refregando su ojito azul.

- Así es como Peter Pan papi será muy valiente y tú eres su campanita la que le da el poder de volar.

Me señaló y pareció pensar antes de preguntar.

- Mami....¿Wendy?

Sonreí sonrojandome un poco.

- Sí, yo soy su Wendy- dije finalmente- Te diré que es el tesoro para que sepas porque papi debe ir a por el- ella asintió y acercó su oído para que le dijera el secreto- Es un dinosaurio mágico, es rosa con manchas moradas y tiene olor a frutas, también tiene una varita mágica con la que hace hechizos. Papi deberá luchar contra los malos para conseguirlo para ti y todo lo hace porque te ama princesa.

Ella abrió grande los ojos y se tapó la boquita con sorpresa.

- Papi valiente...- asentí diciéndole que efectivamente su padre era muy valiente- Amo papi....

Sonreí.

- Lo sé bebé, lo sé.

Luego de aquella charla se tranquilizó notablemente y cayó rendida apenas tocó mi cama, ya luego pagaría para fabricar el muñeco de mi princesa.

Ahora solo pensaba en Chris, me preocupa el asunto de Gian, ese hijo de puta era astuto aunque no me gustaba admitirlo, es un mentiroso nato y temo a que descubra todo para luego usarlo en nuestra contra; Me aterra el solo imaginar que ese maldito esté cerca de mi hija, me da pánico que la descubra.

Me entristesco al sopesar que Christopher debe convivir con ese despreciable sujeto, luego de saber todo lo que me hizo, luego de que haya amenazado con dejar que abusen de su madre; no entiendo como puede existir alguien tan despreciable y ruin.

Decido cerrar los ojos y abrazar a mi bebé, serán unos pocos días más los que me quedaré y cuando Christopher me dé la indicación deberé irme.

(**)

El ruido molesto del teléfono me despierta, Emma se queja y se acurruca más a mí.

Busco a tientas el teléfono y contesto sin verificar.

- ¿Hola?

- Hola amor...

Me siento en la cama y una involuntaria sonrisa crece en mis labios al oírlo.

- Hola- susurro- ¿Llegaste bien?

Emma comienza a despertarse entre quejidos, parpadea un par de veces y se queda mirando el techo.

El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora