Epílogo

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Leah

Camino por el pasillo del hospital con tranquilidad.

Emma mantiene su mano junto a la mía mientras salta tarareando una canción, tiene su vestido favorito de color azul que va combinado con el mío y un cubre bocas descartable que está obligada a usar por si acaso.

Nos detenemos en la habitación 207, la tomo en brazos y comienza a curiosear por la pequeña ventana, abro despacio la puerta entrando con cuidado.

Emma mira la cama y una risita se le sale pero rápidamente cubro su boca haciéndole un gesto de silencio.

- Ninguna de las dos es silenciosa, princesa- habla abriendo los ojos.

Suelto una risa y Emma enseguida estira los brazos a su papá.

- Lo siento cariño, no quise despertarte...

Dejo que Emma lo abrace con cuidado, por mí parte dejo un beso en sus labios, el cual intenta alargar pero se detiene al recordar a nuestra hija.

- Papi te extraño- se coloca sobre su pecho.

Estoy por regañarla pero Chris me niega con la cabeza.

- Iré a casa hoy mismo- asegura y enarco una ceja, el doctor aún no le da el alta- ya no aguanto estar lejos de ustedes y esta cama es muy fea ¿no crees?

Asiente dándole la razón a su papá, Chris me acaricia la cintura e inconscientemente me toca el abdomen logrando que el estómago se me contraiga de los nervios, sé que no lo sabe pero el que coloque su mano ahí significa mucho para mí.

Tengo dos meses de embarazo, me enteré aquel día en que casi lo pierdo, tuve una amenaza de aborto que afortunadamente pudieron atender a tiempo ya que estaba en el hospital. Desperté alterada en una camilla de hospital, no sabia nada de Christopher y entre en una crisis que mi padre logró calmar al decirme que todo estaba bien y luego me soltó la bomba de que estaba embarazada y que me harían un ultrasonido; mi pequeño bebé fue muy fuerte y apenas lo vi mi corazón se desbocó como loco.

- ¿Leah?- su voz me trae a la realidad- Amor estás en las nubes...

Sonrío y sacudo la cabeza, miro a Emma que le da besitos en la mejilla a su papá para llamar su atención.

- No pasa nada, me fui a la luna nada más, hablaré con el doctor para llevarte a casa creo que descansarás mejor ahí.

Suspira aliviado, le envío un mensaje al médico y está aquí en menos de nada, cruza la puerta con una sonrisa muy dulce, es un médico joven y bastante apuesto a mi parecer.

- Señorita Black- se acerca a darme la mano.

- Suéltela si no quiere perder la mano, Doc- advierte Christopher logrando que ruede los ojos.

El doctor se pone rojo y carraspea alejándose de mí, Emma no presta atención a nada y se acurruca en el cuello de su papá para dormir, es muy dormilona mi niña.

- Christopher- lo regaño mirándolo mal.

Bufa.

- Bien, señor White- se tensa con la voz del médico- Está casi recuperado, no hay señales de alarma y creo que podrá descansar lo que queda en su casa, sólo quiero hacerle un último chequeo la próxima semana para verificar que la herida ya ha sanado correctamente.

Asiente y acaricia el cabello de nuestra bebita que mantiene los ojos cerrados y la manita sobre el pecho de Chris.

- Eso es todo, señorita- me mira- debe firmar esto nada más.

Me acerco y tomo el bolígrafo colocando mi firma en el alta médica, nos despedimos del médico y me acerco para tomar a Emma que ni se inmuta

- Te traje ropa- hablo dejando un piquito en sus labios- Ve a cambiarte.

El Abismo de Nuestras Verdades [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora