56. Una segunda oportunidad.

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Capitulo 56: Una segunda oportunidad.


—¿Peyton? —me salió de la boca en un susurro, mi labio aún temblaba de la impresión.

No lo podía creer.

Era una escena tan irreal.

¿De verdad esto está ocurriendome? Alguien que me lance un crucio para comprobarlo.

Oh, tu y tus crucios que nos jode la poca estabilidad que tenemos

No arruines el momento.

Estaba frente a mi, y no podía creerlo. Me sonreía, me estaba sonriendo y el rubor de sus mejillas resaltaba al hacerlo, de la forma que me gustaba que lo hiciera. Pareció que el color se intensificó cuando por inercia yo le sonreí, como respuesta, pasó uno de sus mechones por detrás de su oreja.

Solía hacerlo cuando estaba nerviosa, en el buen sentido.

La voz de Joshua resonó por todo el lugar.

—Supuse que querrías verla, Jason me advirtió de que podría ser... Uhm ¿Como decirlo?

Le miré, esperando una respuesta.

¿Cómo que Jason? ¿Él sabía de esto? ¿Por qué carajos no me lo dijo? La sangre me empezó a arder, pero no quería ponerme a la defensiva, primero necesitaba escuchar la explicación.

Hasta yo me sorprendí de haber pensado esto.

Joshua me sostuvo la mirada por unos segundos y luego resopló.

—Es confuso, James —terminó la idea—. Y por eso creíamos que había que esperar un tiempo prudente.

—¿Tiempo? —dije incrédulo, no me lo creía ¿Que acaso no veían el estado en el que me encontraba? ¿O de nuevo empecé a esconderme? —. ¿Cuánto tiempo lleva aquí?

—¿Por qué mejor no te acercas? —preguntó evasivo.

Lo miré dudoso, debería de estar furioso y a punto de golpearlo pero me contuve, no era la forma, no era correcto. Me perturba el hecho de que era un secreto ¿Por qué? ¿Que necesidad de hacer esto?

Me giré de nuevo hacia ella, no se por cuánto tiempo le sustuve la mirada, aquella mirada azul grisácea que tanto extrañaba, que tanto me hacía falta.

Quería correr a abrazarla, darle besos por todo su rostro y decirle que el futuro que siempre quisimos se haría realidad. Que nuestra felicidad sería concreta. Quería hacer tantas cosas pero mis piernas no reaccionaban, estaba en shock y mi corazón palpitaba rápidamente.

Ella me sonrió, antes de decir algo que me dejaría sin aliento.

—Hola, Potter.

Mi sonrisa desapareció.

Que extraño, no parece que lo hubiera dicho. Sus labios se movieron pero era como si su voz hubiese resonado únicamente en mi mente.

Miré a Joshua, él parecía absorto a lo que pasaba, tenía la mirada perdida quien sabe dónde. ¿Entonces no la escuchó? ¿Fue producto de mi imaginación?

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora