21. ¿Actuar como héroe?

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Capítulo 21: ¿Actuar como héroe?.

Hace algunos años...

La familia minera y transportadora de piedras mágicas excavaban en tierras no exploradas por miedo a saber que encontrarían allí. La situación era tediosa para ellos, debían encontrar algo para defenderse frente a una sociedad que aniquila a los magos y brujas, catalogándolos como indeseados hijos del diablo.

Con picos, palas, dinamita y una docena de faroles y linternas ingresaron en aquella cueva a la que temían por los rumores del pueblo, al entrar descubrieron que eran simples esmeraldas. Eran algo extrañas a decir verdad. Encontrar este tipo de piedras, en grandes cantidades y abundantes no era algo que sucedía en todas las minas del continente. Lo más particular era que allí encontrabas esmeraldas de todos los colores, esa cueva valía millones, era imaginable toda la riqueza que abundaba allí.

Con los muggles tenían un tratado, protección a cambio de riquezas. Aquella familia minera no era muy rica que digamos, vivían de la agricultura y la minería en un pequeña granja a las fueras de un pueblo del cual su nombre se desconoce. Se expandieron los rumores de la caza de seres mágicos.

La familia temía por cómo evitarían que fueran descubiertos. Un alma ‘caritativa’ les brindó una mano, pero a cambio pedía la mitad de las piedras preciosas que encontraban en aquella mina de la que vivían. Ellos aceptaron sin muchas opciones. Los jóvenes emprenderían su primera excavación en lo más profundo de las minas, casi llegando a la sección prohibida.

Un lugar que aún no habían explorado, y que estaba rotundamente prohibido.

—Kris —Diane tomó la mano de su hermano mellizo con temor—. No quiero parecer una cobarde, pero en verdad me atemoriza entrar allí.

—¿De verdad? Creí que yo era la gallina —ella le dio un leve empujón, a lo que él soltó una risa traviesa—.  Ven, vamos a picar juntos. Es la única forma de protegernos entre nosotros.

—Mira, hay mucho eco —Diane exclamó contenta—. ¡Eco, eco!

Kris rió —No seas tonta, Diane. Podrías causar algo con el eco.

—¡Ay, deja de ser un amargado —Diane tomó un pico y empezó a examinar la entrada del lugar prohibido—. ¡Esta cueva es enorme!

—No, tu eres muy pequeña. Anda, será mejor que entremos ya.

Juntos se adentraron a la mina, pasaron largas horas sin encontrar algo en específico como lo que pedía Creedon Rothschild, quien los protegía y a su vez los perjudicaba.

Cuando creyeron que las fuerzas se terminaban, la esperanza llegó con una ola de tranquilidad. Kris había picado algo que claramente no era un roca o simple tierra, un destello verde esmeralda y brilloso lo cegó por completo, captando la atención de su hermana al instante.

Ambos se aproximaron hacia su nuevo hallazgo. Era un gran esmeralda reluciente, tenía un brillo en particular. Los chicos juraban que lanzó chispas, da igual lo que pensaran, por fin habían encontrado un pago extraordinario para Rothschild, por fin podrían huir de Inglaterra y mudarse a su pueblo natal en Gran Bretaña.

—¡Maldita sea! ¡Es enorme e increíble! —Diane chilló emocionada—. ¡Es más que suficiente, Kris!

—¡Lo es! —respondió aliviado y a la vez con excitación en su voz, había tranquilidad en ambos chicos, pero también curiosidad, ¿por qué brillaba así la piedra? —¿Quieres que la saquemos juntos?— Diane asintió emocionada, Kris se fue por la izquierda y Diane por la derecha, cada uno tomaría un extremo para llevarse a la piedra de allí lo antes posible—. A la cuenta de tres... uno... dos... ¡tres!

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora