42. De regreso a Hogwarts.

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Capitulo 42: De regreso a Hogwarts.


Madison Peyton.

Tres semanas.

Habían pasado tres semanas desde mi estadía aquí, en la aparentemente mansión familiar.

Todo lo que sucedía era irreal, pero con el tiempo solo hizo parte de la monotonía que mi vida estaba empezando a tomar.

Dentro de una semana iniciaría mi último curso en Hogwarts, y no podía estar más que nerviosa.

En parte, no quería dejar atrás mi vida colegial, era bastante entretenida a decir verdad, entre los extensos pasillos del castillo y los viejos ladrillos tenía cientos de anécdotas que probablemente les cuente a mis hijos. No veía la hora de al fin regresar a mi vieja habitación, con las chicas, y no a las de prefectos.

Aunque no voy a negar que tiene sus ventajas.

—¿Galletas o pan? —mi abuela llamó mi atención al poner la cesta llena de panes frente a mi—. Ambos son horneados por mi, cualquiera que escojas está simplemente exquisito.

—¿Hornear? ¿Tú? —mi padre cuestionó, sonando divertido.

—Pues sí, Vicky —al escuchar aquel apodo rodó los ojos, tuve que retener una leve risa, es bastante divertido verlo irritado—. Tenía que concentrarme en alguna actividad en el tiempo que estuve escondida, ¿que pensabas que haría? ¿Tejer?

—Es lo que comúnmente hacen las abuelas.

Mi abuela abrió los ojos para luego hacer una mueca de asco, no pude evitar reír al instante.

—¡Y tú no te rías, jovencita! Si esperas una bufanda de mi parte, ¡Estás muy equivocada!

Levanto las manos en señal de paz, aún riendo.

—No he dicho nada, no he dicho nada.

Gracias a Merlín, la lechuza de la correspondencia entró por su pequeña ventana, no logro descifrar cuantas cartas traía entre sus patas, pero eran pocas. La lechuza soltó las cartas sobre mi padre, hábilmente, las tomó en el aire, evitando que cayeran sobre la comida.

—Ahm, veamos, cuartel, cuartel, informes —mi padre pasaba las cartas una por una, la gran mayoría eran de su trabajo. No perdía la esperanza de encontrar alguna firmada por- —. ¿Hogwarts?

Me tenso en mi asiento, sorprendida.

—¿Hay una carta de Hogwarts?

Su respuesta fue abrir la carta y leerla detenidamente, mientras leía sus ojos se hacían más y más grandes, para que luego soltará un chillido.

—¡Vicky! —mi abuela dejó de cubrir sus oídos y le quitó la carta a mi padre—. ¡Por lo menos comparte el chisme!¿Que puede ser tan asombroso? Oh...

—Disculpen si me entrometo en un asunto que debería corresponderme desde el principio —me escuché lo suficientemente sarcástica como para captar su atención—. ¿Pero podría leer la carta yo misma?

—¡Dame! —mi padre le quitó la carta a mi abuela, estaba indignada por su acción, pero traía una leve sonrisa en su rostro—. Cito, "Nos complace anunciar que por su excelente promedio en años anteriores, esfuerzo, valentía y dedicación con los demás integrantes de Hogwarts, la estudiante Madison Peyton ha sido seleccionada para ser premio anual de Gryffindor durante su último curso en el colegio."

Parpadeo varias veces sin tratar de esconder mi asombro.

¿Que demonios le puso Mcgonagall a su té?

—Soy... ¿Soy un premio anual?

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora