24. Lo qué dicta el corazón.

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Esté capitulo fue escrito con la canción "Need someone" de Ollie, si quieren mejorar la ambientación del cap, escuchenla mientras leen. Aquí dejo mi reporte.

Capítulo 24: Lo que dicta el corazón.

Madison Peyton.

Los últimos días habían sido una tortura. Desde mi encuentro con Elvendork las cosas se han ido decayendo, mi padre ahora hace guardias junto con cientos de aurores. En cada rincón del colegio, mínimo había un auror, la poca privacidad que quedaba era inexistente.

Por mi parte las cosas tampoco mejoran, me alejé de mis amigos sin previo aviso. Desde aquella tarde en la enfermería había llegado a la conclusión de que era lo mejor, no necesitaba ponerlos en riesgo sin siquiera saber para que me quiere Elvendork o porque me llamó "la heredera de Gryffindor".

¿Tan siquiera existe tal cosa?

—Ahm, ¿Madison? —Jason me sacó de mis pensamientos, le miró y él estaba enarcando una ceja—. No creo que lo que estés haciendo tenga que ver con la poción.

—Ah, sí, sí tiene que ver —musito sin siquiera saber que carajos era lo que estaba haciendo.

Así siempre eran las clases de pociones, con Jason prestando atención a cada detalle o movimientos que hacía sobre la poción, solo éramos nosotros dos, James usualmente se saltaba está clase, o al menos eso me dijo Fred.

Tampoco estoy contenta en el plan amoroso. Después de nuestra pequeña discusión en la enfermería James no volvió a hablarme, a duras penas lo veía, y era algo que me carcomía el alma pedazo por pedazo, pero, ¿Qué podía hacer? ¿Qué es lo que en realidad tengo que hacer? ¿Cómo voy a lidiar con esto sin tener el principal pilar que me hacía feliz?

Además, no esperaba a que él viniese a mi, fue muy claro con lo que dijo. Le dije que se fuera de mi vida, y eso es lo que está haciendo.

Comer en el gran comedor ya no era una opción, antes de cada comida iba a las cocinas. Hablé con Winky hace unos días para que me alistará algún plato y podérmelo llevar a otro lugar del castillo, -dónde probablemente habría algún auror- Me siento patética y se que me veo patética solo por hacer esto, aún así, es lo único que está a mi alcance hasta que pueda comprender cosas que ni mejor debería entenderlas desde un indicio.

Me escabullo entre los corredores, doblo en una esquina para econtrarme con Peeves jugando tenis contra un retrato de algún mago que se quejaba, no parecía muy contento.

—¿Huh? ¿Quién anda ahí? —Peeves me miró al instante—. Ah, solo es la patética novia de James.

Y ahora Peeves lee mentes.

—Mi nombre es Madison —él hace una mueca de desagrado al escucharme—. Peeves, me conoces desde el primer día que llegué aquí. No soy alguien nuevo para ti.

—No, reconozco tu existencia por los merodeadores, de lo contrario serías una idiota a la izquierda más.

—Gracias — digo entre dientes.

—Nunca fuiste de mi agrado  —él agregó despectivamente—. Siempre fuiste una distracción para James, y ahora, eres la culpable del porqué no quiere hacer bromas a los de Slytherin ¡A nadie!

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora