Capítulo 2, parte 2: ¡Expectro Patronum!
—Sé que fui un tonto y que me comporte como un idiota, pero debería decirme algo por lo menos, ¿No lo crees? —Havvanah se encoge de hombros, sin siquiera dirigirle una mirada a James—. ¿Tan siquiera están escuchándome?
Habían pasado al menos veinte minutos desde que James se estaba quejando por las actitudes de Madison, haberle dado ese detalle como sinónimo de disculpas y ser ignorado totalmente era caer bajo y eso lo confirmaba su ego. Sus amigos ya estaban irritados con la situación, ¿Tanto les costaba dejar su orgullo a un lado y retomar su amistad?
—No vuelvo a preocuparme por intentar arreglar un vínculo con alguien, lo juro por Merlín —Frank llevaba la cuenta de todas las veces que James repetía una y otra vez la misma frase, con esta van quince—. ¡No puedo creer que se comporte como una... ¡Una...!
—¿Una? —preguntó Frank, esperando para sumar un número de más.
—¡Yo que sé! Peyton esta fuera de lugar, ¡Claro que lo está! Yo cumplí y dejé que mi orgullo no me dominara ¿Y así me paga?
—¡Sirius! ¡Te juro que si vuelves a decir alguna palabra respecto al tema te lanzo al lago negro! —James, refutando por el alegato de Havvanah toma un pergamino de la clase de pociones y se sienta en un sofá individual.
Odiaba que lo llamaran Sirius, no malinterpreten, pero siempre que hacia algo malo lo llamaban por su segundo nombre, ¿La explicación? Su tocayo era igual -incluso peor- de revoltoso y problemático que él, tal vez no fue una buena idea por parte de sus padres unir semejantes nombres que habían marcado Hogwarts de una manera tan peculiar como su abuelo y tío-abuelo.
Cuando James por fin había dejado atrás el tema de Madison y empezó a concentrarse en su última lección de pociones, releyendo una y otra vez como se preparaba una pocion multijugos, unas manos le arrebatan el pergamino. Antes de que James pudiera refutar como por enésima vez en el día, se ahoga su grito al ver a Fred con una sonrisa tan enorme que le perturbaba.
—¿Quién fue esta vez? —pregunta, enarcando una ceja, Fred no parece entender, pero ignora el comentario de su primo manteniendo su sonrisa—. ¿Que te sucede? ¿Ya estás en tu punto final de esquizofrenia?
—Adivina quienes encontraron la llave de la casa de los gritos "accidentalmente" —hizo la seña con sus dedos— en la oficina de Filch —en eso Bastián entra de forma dramática cerrando detrás suyo el retrato de la Dama Gorda.
—¡La próxima vez serás tu el que sea perseguido por la señora Norris! Esa jodida gata asusta más que el propio Filch.
—Todo asusta más que Filch, Bastián —Frank rueda los ojos y le saca las llaves de la mano a Fred, las observa con detalle y afirma con un movimiento de cabeza que si son las llaves de la casa de los gritos.
—Señores — James espeta con seguridad, con una sonrisa evidentemente llena de malicia en su rostro—. Es hora de preparar una exploración merodeadora.
James pone una mano en el centro, luego Fred, Frank y por último Bastián, que aun jadeaba por correr por mitad de terrenos de Hogwarts por culpa de la señora Norris.
—Algo me dice que esto saldrá mal— Havv, quien estaba atenta a la situación susurra para sí misma, sabía que tenía que hacer exactamente, así no le gustara la idea.
«Tendré que buscar a Madison y a Wendy»
‡
Los chicos esperaron al menos hasta la media noche para escabullirse por los pasillos del castillo e ir hacia el pasaje que los llevaría directamente a la casa de los gritos. Con el mapa y la capa de invisibilidad en mano, salieron de la sala común procurando no despertar a los cuadros. Lo que no sabían los chicos es que detrás de ellos los seguían las SCEDLOM, bajo la capa de invisibilidad que le había regalado Dean Thomas, el padre de Wendy en su cumpleaños al menos hace un mes, con suerte aun servía, pero no faltaba mucho para que solo fuera una capa común.
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La Leyenda De La Dama Y El Héroe | James S. Potter
Hayran KurguLas leyendas son ciertas. Tarde o temprano son descubiertas. Y la leyenda de la dama granate no iba a ser la excepción. Los secretos siempre salen a la luz, y consigo traen consecuencias que marcarán un antes y un después en la vida de los implicado...