11. Nuestro otro hermano.

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No hace falta decir quienes son :'3


Capítulo 11: Nuestro otro hermano.

La boda de Teddy y Vic, parte 1.

Madison Peyton.

No puedo describir el nudo de confusiones en el que estoy envuelta ahora mismo. Quise pensar que las cosas se iban a dar y por aferrarme a esa tonta idea pasó lo que pasó.

Las cosas sucedieron porque sí, no porque debían ser así. Fue un pasatiempo, un maldito pasatiempo. Eso significó para James por lo que veo, ¿Pero para mí? Ni siquiera puedo pensarlo.

Al llegar a mi cuarto me di cuenta que una salvaje lágrima había salido. No puedo decir que me siento herida, sería muy imbécil y débil, pero, ¿entonces que era aquella sensación? ¿era por James? ¿o por qué beso aquella chica con la que me fueron infiel? ¿Por que ahora es su supuesto novio?

El único pensamiento claro que tengo en estos momentos es que Bonnie es una... No se me ocurre nada.

No quería ir al comedor, menos cuando estoy prácticamente sola, y tampoco es que tuviera hambre después de eso.

Creo que Albus, Rose, Scorpius y Lauren ya se fueron a Hogesmade, estoy totalmente apartada de todo. Y no, no iba a regresar a hablar con James.

Quiero creer que sí no fuese cierto, vendría a aclarar las cosas, pero por su pierna dudo que lo haga.

¡O simplemente no hará nada porque no le da la gana!

Si sigo sobre pensando, voy a llegar a la locura.

Quizás pueda ir a Hogsmeade después de todo.

Tomo un sándwich de mi mochila y lo puse en mi boca. Salgo de mi habitación y me dirijo hacia la estatua de la bruja tuerta. Termino de comer y sacó mi varita, en el pasadizo no hace nada de luz.

Cruzo velozmente el pasadizo, me empezó a doler como un demonio la herida, pero de verdad no podía estar sola por mucho tiempo más. No quería pensar más en Bonnie y James, juntos.

Me rompe el corazón.

Cuando llegué a Honeydukes intenté ser lo más cautelosa posible.

Fallé.

—¿Pero a quien tenemos aquí? —me sobresalté al escuchar la voz del señor Rider—. ¿Madison?

—¡Oh señor Rider, que sorpresa verlo por aquí!

—¿En mi negocio? Por supuesto, rara vez me la paso por aquí.

Demonios.

—Que bueno que salió a dar una vuelta.

Nos estás avergonzando

—¿No debería estar en el castillo, señorita?

—Hipotéticamente hablando, sí —solté una risa nerviosa que pareció divertir aún más al señor Rider—. Por favor no me delate, sé que no tuve que haber venido sin avisar de antemano, o tan siquiera presentarme en el día.

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora