37. ¡Maldita sea, Potter!

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Capítulo 37: ¡Maldita sea, Potter!

Madison Peyton.


Se sintió reconfortante el hecho de por fin irme a la cama sin la necesidad de pensar en qué la vida de James corre peligro, por fin puedo estar tranquila.

Bueno, casi.

No sé si es idea mía el sentimiento de que estamos alejados, digo, el pobre estuvo secuestrado, pasó por cosas que ni me quiero imaginar y con su regreso... siento que no ha tenido tiempo ni de descansar. No quiero ser de esas novias pegotes y empalagosas,

¿Sería una mala idea ir a hacerle una visita nocturna?

—Pst, Havv... Havv... demonios —me levanto de la cama y me acerco a la de Havvanah, tomando cautela por si se avecinaba un golpe causado por la interrupción de su sueño reparador—, Havvanah, ¡Havvanah!

—¡Yo no me comí el postre! ¿Huh? ¿Mads? —Havv se rascó un ojo mientras bostezaba—, ¿Qué haces despierta?

—Yo... es sólo que... —me siento al borde de la cama, pongo mis manos sobre mi regazo y jugueteo con mis dedos para calmar mis nervios—. No se si deba ir a ver a James, puede que denote preocupación, pero a la vez puede que sea bastante abrumador para él, y no quiero eso, por obvias razones.

—Espera, son novios ¿y te preocupa eso? —asentí en respuesta, sintiéndome algo estúpida por su reacción—. Merlín, Mads, un hombre jamás dirá cuándo te necesita, pero se trata de James, ¡es obvio que te necesita!

—¿Y si no? —me levanto para girarme sobre mis talones, Havvanah se acomodó en la cama y se sentó con la espalda contra la pared—. No quiero ser tremendamente empalagosa. M-Mira- —me siento frente a ella, Havv rodó los ojos pero la ignoro—, hay dos puntos extremos, uno sería que puede que sea una novia que no respeta el espacio personal de su novio y no conoce el término de separación, y el otro es una novia insensible que parece no preocuparse por el estado en el que se encuentra su novio, ¡No hay punto medio! —levanto mi vista hacia Havvanah, tenía su mentón apoyado en la palma de su mano, adormilada—. ¡Havvanah!

—¡Fue Fred! Ugh, ¿Sigues aquí?

—¡Es una situación de vida o muerte!

—Escucha —ella se acomoda y me mira fijamente a los ojos, tomó mis manos y las llevó a su regazo—, eres mi mejor amiga por siempre y para siempre, pero hay veces ¡dónde quiero matarte sin fin! —elevó su voz, parpadeo lentamente evitando reír—. No entiendo por qué me preguntas algo que ya está claro, ¡anda! ¡ve con tu hombre!

—¿Y si-

—Nada de «y sí» —me cortó—. James te ama, Mads, te puedo apostar a qué está igual de ansioso, y también te puedo apostar que si no ha venido en tu búsqueda es porque compartimos habitación, porque a pesar de que esté muy herido el idiota vendría.

Entre cierro mis ojos —Es un buen punto.

Havvanah asiente —Te propongo esto. Ve tranquila, si está dormido te regresas y dejas dormir a Havvanah.

—¿Y si aún está despierto?

—Te quedas con él y dejas dormir a Havvanah.

—Presiento que no deseas mi presencia.

—¡Solo quiero dormir, Madison! —rio, ella me da una mirada asesina, levanto mis manos en señal de paz—.  Muy bien, allí voy, deséame suerte.

—No la necesitas, te puedo apostar que te está esperando encuerado.

—Deja de leer 50 sombras de Grey.

La Leyenda De La Dama Y El Héroe  | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora