Los toques en la puerta la iban despertando. Eran ya las ocho de la mañana, hora en la que normalmente ya se encontraba despierta, pero el haberse acostado tarde en la noche hizo que se le pegaran las sábanas.
—Jossi, cariño el desayuno se enfría. —La voz de su nana la hizo rodar en la cama para ponerse boca abajo y taparse de pies a cabeza.
—Cinco minutos más...
La puerta se abrió, pero Josephine la ignoró, hasta que las sábanas fueron sacadas de su cuerpo.
—Ya es hora de levantarse, Josephine Morgan. —Le advirtió Sandra, su nana— Tu tío a estado esperando para desayunar contigo, no lo hagas esperar más.
Abrió los ojos lentamente y los frotó. Miró a su nana molesta.
—Largo.
Intentó tomar sus sábanas para volver a arroparse, pero se lo impidieron haciendo que diera un golpe en la cama con su pie. De malas se sentó y se quedó mirando la pared por un rato, hasta que su nana le dio un empujón en el hombro para que se pusiera de pie.
—Lávate los dientes y baja, cariño. —Besó su frente y se retiró de la habitación.
—Líviti lis diintis y biji, ciriñi. —Hizo burla caminando hasta el baño.
Luego de lavar sus dientes, peinó su cabello para quitarle los nudos que se le formaban al dormir y bajó hasta el comedor de la casa.
Vivía en una mansión junto con su tío y su nana, algo que al principio le gustaba, pero últimamente sólo se la pasaba aburrida. No encontraba nada nuevo que hacer, todo era lo mismo. Ya había leído cientos de libros que en su gran mayoría su hermano le regalaba, había visto muchas series larguísimas, los videojuegos le aburrían, y ya no jugaba con muñecas. Tampoco es que tuviera con quien jugar.
Nunca había estado con niños de su edad, siempre había conviviendo con personas adultas, eso hizo que su personalidad fuera de alguien mayor y no tuviera conductas de una niña de 10 años.
Después de todo, las únicas personas con las que hablaba era con su tío, su nana, su hermano y la madre de su hermano.
Su padre... bueno, Alex Morgan siempre había estado ocupado como para convivir mucho tiempo con la niña.
—Buenos días, muñequita gruñona. —La saludó su tío. Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla para luego sentarse frente a él.
—Hola... —Bostezó— Buenos días.
Sandra le sirvió el desayuno y se sentó junto a ella. Comenzaron a comer.
—¿Está todo bien, Sol de primavera? —Rodó los ojos con los apodos que le ponía su tío.
—Ajá.
—Está de malhumor porque la levanté temprano. —Habló su nana— ¿O acaso sigues molesta, cariño?
Recce miró a la mujer confundido. No sabía a lo que se refería Sandra con eso.
—¿Pasó algo?
—Nada raro, lo normal. —Murmuró Jossi jugando con las frutas que tenía en el plato. Suspiró— Papá otra vez llamó diciendo que no vendría.
Su tío negó enojado. No era la primera vez que su hermano menor hacía eso, de hecho, siempre lo hacía.
—No te pongas así, muñequita. —Le dijo su tío tomando su mano— Mejor sonríe por la sorpresa que tendrás pronto.
Jossi alzó la mirada frunciendo el ceño. Miró a Sandra pero ella sólo negó.
—¿Qué? ¿Me darás el vestido que te pedí?
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S E C R E T O S |Fanfic Pecados Placenteros|
FanfictionFanfic de Pecados Placenteros de Eva Muñoz.